Los agentes le ordenaron al camión detener su marcha y emprendieron una inspección, topándose para su sorpresa con más de 1.000 ampolletas de un medicamento utilizado para tratar esta enfermedad parasitaria, transmitida por mosquitos en zonas tropicales.
Según precisaron las autoridades, cada una de las ampolletas se trataba de Glucantime antimoniato de meglumina, en su presentación de 1.5g/5ml.
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Al verificar que se trataba de un medicamento de control, los policías requirieron al conductor del vehículo para que explicara el origen de la mercancía y los papeles que la acreditaban.
“El conductor no da documentación ni razón sobre la legalidad de este medicamento, el cual se procede a incautarse”, añadió el comandante Rico Guzmán.
De acuerdo con los cálculos de la Fuerza Pública, el cargamento ilegal estaría avaluado en más de $200 millones.
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Aunque el destino y la procedencia del medicamento son materia de investigación por parte de las autoridades, la Policía recordó que el Glucantime no es una sustancia con efectos alucinógenos ni suele ser usada con fines recreativos.
Sin embargo, a raíz de su alto costo y sus propiedades, es un medicamento muy necesitado en las zonas endémicas de leishmaniasis, razón por la cual es muy codiciado por los grupos al margen de la ley.
“En el contexto del crimen organizado, este tipo de medicamentos puede ser objeto de comercio clandestino, utilizado como medio de intercambio o incluso como insumo de control social por parte de grupos delincuenciales en territorios vulnerables”, alertó la Policía en un comunicado, señalando que dentro de las principales hipótesis que se barajan es que el cargamento fuera movilizado por alguna agrupación dedicada al tráfico ilegal de medicamentos, para luego distribuirlo dentro o fuera del país.
Finalmente, la Policía señaló que el millonario cargamento quedó en poder de la Secretaría de Salud de Antioquia, desde donde se determinarán los procedimientos sanitarios a seguir.