A mediados de julio de este año se anunció con bombos y platillos la firma de un acuerdo comercial entre el Gobierno de Gustavo Petro y el régimen dictatorial de Nicolás Maduro. A la firma simbólica del documento viajaron hasta Caracas el entonces jefe de despacho presidencial, Alfredo Saade y la actual ministra de Comercio, Diana Morales. Por el lado de Venezuela, en la foto salió sonriente la vicepresidenta Delcy Rodríguez.
El polémico Saade dijo, incluso, que Petro, Maduro y Chávez comparten “un mismo sueño”.
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“Este es el inicio de un sueño, de un sueño que nació en Bolívar, de un sueño que continuó el presidente Chávez, un sueño que tiene hoy el presidente Maduro, el presidente Petro, es el inicio de una transformación social, política y económica en una región que lo necesita”, señaló el exfuncionario.
Resulta que casi tres meses después ese acuerdo está congelado.
¿La razón? Según dijo en una reunión virtual hace algunos días la canciller Rosa Villavicencio, a la que tuvo acceso EL COLOMBIANO en primicia, “en cuanto al avance de orden económico eso está parado. La ministra de Comercio fue desde su competencia para firmar un memorando de entendimiento, pero no hay un avance en términos de desarrollar nada porque precisamente se ha condicionado a que se resuelva esta circunstancia”, reveló la ministra rodeada de sus funcionarios.
La “circunstancia” a la que se refiere es la detención arbitraria de 38 colombianos en Venezuela desde hace más de un año.
Incluso, Villavicencio dijo en la reunión que “hace mucho tiempo que no hablan (Petro y Maduro) las relaciones que nosotros tenemos son con el Estado, con sus instituciones y la cotidianidad normal que existe”.
El acuerdo entre ambos países fue anunciado en su momento para la creación de una “zona binacional de paz” con la que buscarían potenciar el comercio, la industria, el turismo y el transporte entre los vecinos. La diplomacia venezolana lo consideró “un paso histórico”.
Según Maduro, esta zona serviría para una alianza política, pero también para fortalecer el comercio, la industria, gas, petróleo, turismo y transporte. Esto, por supuesto, trajo cuestionamientos sobre la soberanía de Colombia en ese territorio y la complacencia reiterada de Petro con Maduro.