La Comisión Nacional de Disciplina consideró que la juez incurrió en “conductas sugestivas y provocativas”.
La Comisión Nacional de Disciplina Judicial abrió un proceso formal contra Marienela Cabrera Mosquera, jueza penal de Florencia, Caquetá, tras concluir que una parte del material que publica en su cuenta de TikTok podría comprometer sus deberes como servidora pública.
El caso comenzó como una discusión en redes sobre el contenido de sus publicaciones. Sin embargo, terminó convertido en un expediente formal que ahora examina si la funcionaria incurrió en “conductas sugestivas y provocativas”.
La decisión de llamar a juicio fue adoptada después de que el magistrado Manuel Enrique Flórez revisara 48 videos asociados al perfil de la juez. Durante ese análisis, el investigador advirtió que algunas tomas darían la impresión de haber sido realizadas dentro de dos despachos judiciales de Florencia, lo que para la Comisión podría constituir un uso inapropiado de instalaciones públicas.
Aunque en el debate público el foco ha sido el tono de los videos, Flórez insistió en que el contenido no es el eje de la acusación. La preocupación disciplinaria gira alrededor de la frontera entre la vida digital de los funcionarios y los deberes propios del cargo, especialmente cuando se trata de infraestructura judicial.
En su defensa Cabrera cuestionó las apreciaciones del magistrado y señaló que la valoración sobre si un video resulta provocativo es subjetiva. También criticó que se la tache de inmoral por el tipo de publicaciones que hace en sus redes personales.
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Ahora la Comisión deberá determinar si existió o no una infracción disciplinaria y si la jueza desdibujó los límites entre su rol como servidora pública y su presencia en plataformas digitales.
“Nunca me imaginé que tuviera que defender mi dignidad, mi autonomía personal y mi libre autodeterminación de la administración de justicia”, dijo la funcionaria en una de sus publicaciones.
El caso rápidamente generó reacciones en el ámbito jurídico, en especial entre abogados penalistas que consideraron insólito que este tipo de quejas llegaran a abrir un proceso formal. Uno de ellos fue Iván Cancino, quien señaló que no se trata de una cuestión menor, porque la queja encontró eco en la Comisión.
“El problema es que la queja haya tenido eco. Soy un ferviente admirador de las nuevas comisiones de disciplina, creo en la jurisprudencia, pero realmente esto no lo puedo pasar de largo así tenga consecuencias para mí. Bastaba con entrar a la cuenta de la doctora y ver que eran videos muy cortos, donde se viste como lo harían muchísimas mujeres, y que jamás podrían catalogarse como vulgares o grotescos”, señaló Cancino.
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