En un desafío inédito, nueve ciclistas integrantes del equipo Red Bull Bora Hasgrohe utilizaron la fuerza de sus piernas para impulsar una avioneta y lograr su despegue.
En un proyecto bautizado como Peloton Takeoff, el equipo alemán World Tour unió la física, la aerodinámica y la fuerza humana para lograr algo sin precedentes. Conectados mediante un arnés y unidos a un cable de 150 metros, completaron una aceleración explosiva en la pista Son Benet, en Mallorca, España.
Lea también: Airbus asegura que el error de software que tuvo a miles de aviones A320 en tierra está solucionado
Los ciclistas que se le midieron a este reto fueron: Davide Donati, Nico Denz, Callum Thornley, Tim Van Dijke, Laurence Pithie, Jordi Meeus, Gijs Schoonvelde, Adrien Boichis y Florian Lipowitz, este último recordado por lograr estar en el podio en el último Tour de Francia. La avioneta era pilotada por el experto aviador Andy Hediger.
El objetivo de los ciclistas era rodar a una velocidad de 54 km/h, una velocidad mínima para generar sustentación, es decir, crear una fuerza ascendente, y permitir el despegue de la avioneta, alcanzando un pico de 6.500 vatios.
Los nueve ciclistas rodaron de forma compacta sin necesidad de ver la aeronave que estaban impulsando. El reto se complicó cuando el piloto Hediger, quien estaba obligado a volar a velocidad mínima para mantener la tensión del cable con una precisión milimétrica, perdió la referencia visual del lote al momento de tomar altura.
El jefe de ingeniería del equipo, Dan Bigham, explicó en el video que el reto consistía en combinar potencia extrema con una sincronización perfecta. “Es comparable a una maniobra ganadora en una carrera, pero aquí mantener el equilibrio de fuerzas entre nueve ciclistas era crítico para que el avión pudiera despegar”, subrayó el ingeniero.
El desafío también buscaba, según lo explicado por la escuadra, demostrar que el ciclismo va más allá del rendimiento individual y la importancia del trabajo en equipo para lograr grandes hazañas.