El servicio especializado de Estados Unidos para jóvenes LGBTQ+ de la línea de ayuda contra el suicidio cerró en la tarde de este jueves su actividad, un mes después de que la Administración de Servicios de Salud Mental y Abuso de Sustancias (SAMHSA, por sus siglas en inglés) del Departamento de Salud anunciase que pondría fin al programa.
La SAMHSA afirmó que “ya no separaría los servicios para jóvenes LGB+”, eliminando intencionadamente la “T” que representa a la comunidad transgénero, y que, en su lugar, “se centraría en atender a todas las personas que soliciten ayuda”. De esta forma, ha pasado a suprimir la opción ‘pulse 3’, que daba a los jóvenes de 25 o menos años la opción de ser atendidos por personas específicamente formadas para responder a las necesidades de la comunidad LGBTQ+, en particular en edades bajas.
“Todas las personas que se pongan en contacto con la línea 988 seguirán teniendo acceso a consejeros de crisis cualificados, comprensivos y culturalmente competentes que pueden ayudarles con crisis suicidas, de abuso de sustancias o de salud mental, o cualquier otro tipo de angustia emocional. Cualquiera que llame a la línea de ayuda seguirá recibiendo compasión y ayuda”, declaró la agencia en ese momento.
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El organismo justificó que, tras las inversiones de 29,7 y 33 millones de dólares (cerca de 25 y 28 millones de euros) en 2023 y 2024, respectivamente, el gasto correspondiente a 2025 superaba en junio una inversión igual a la del año anterior, “agotando por completo los fondos asignados”.
La línea de ayuda cuenta con otras dos subredes, que siguen en funcionamiento: la “opción 1”, para conectarse con la línea de ayuda para veteranos en crisis, y la “opción 2”, para conectarse con los servicios en español.
La línea de ayuda 988 para suicidios y crisis se puso en marcha en 2022, dos años después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmara la Ley de Designación de la Línea Nacional de Ayuda para Suicidios, que convirtió el 988 en el número nacional de prevención del suicidio. El texto, aprobado con el apoyo tanto de republicanos como de demócratas, señalaba que los jóvenes LGBTQ+ “son más de cuatro veces más propensos a contemplar el suicidio que los demás” y afirmaba que la SAMHSA debía “estar equipada para proporcionar recursos especializados” a las poblaciones de alto riesgo, incluidos los jóvenes LGBTQ.