Ha llegado el momento. Luego de los Novendiales, los nueve días de duelo decretados por la muerte del papa Francisco, los 133 cardenales con derecho a voto se enclaustran desde este miércoles para elegir a su sucesor en la Capilla Sixtina en el cónclave.
Aunque en total son 252 cardenales, solo 133, menores de 80 años, son elegibles y tienen derecho a votar en la elección que está regida por la constitución apostólica Universi Dominici Gregis, promulgada por Juan Pablo II en 1996.
Inicio del cónclave
Todos ellos, que participaron durante estos días en las llamadas Congregaciones Generales, se hospedaron en la residencia de Santa Marta para pasar allí, aislados por completo del mundo, los días que pueda durar el cónclave.
Y es que la palabra cónclave procede del latín cum clavis que significa bajo llave, una referencia al encierro en el que viven los cardenales durante el proceso, porque desde este momento no tendrán acceso a dispositivos electrónicos ni tampoco podrán leer periódicos, escuchar la radio o ver la televisión. Cualquier contacto con la realidad está prohibido, salvo por “razones graves y urgentes”.
Por esa razón, a partir de las 8:00 a.m. de este miércoles, hora del Vaticano (1:00 a.m. en Colombia), se cortaron las señales telefónicas en el interior del Vaticano para aislar a los purpurados de influencias externas.
El primer día del cónclave
(02:00 p.m. hora Colombia) La chimenea en la Capilla Sixtina sacó la primera fumata que tuvo humo negro, lo que significa que no hay consenso entre los cardenales sobre la elección del papa, por lo que deben someterse a una nueva ronda de sufragio. Algo a resaltar fue la presencia de una gaviota que no se separó de la chimenea y que esperó el humo con los fieles en la Plaza de San Pedro.
Fue una demora de más de tres horas para que saliera la fumata negra en la chimenea, lo que simboliza que la segunda fumata podría salir más tarde de lo previsto, entendiendo que son 133 cardenales en los cuales hay personas enfermas que tienen un trato especial. El miércoles 7 de mayo de 2025 no hubo elección de papa.
(11:00 a.m. hora Colombia) Las puertas de la Capilla Sixtina se cerraron luego de que los cardenales hicieran el juramento solemne para la elección del papa.
El rito concluye con la frase “Extra omnes” (“¡Fuera todos!”), pronunciada por el Maestro de Celebraciones Litúrgicas, momento en el que todos los no autorizados deben salir de la capilla. A partir de ahí, comienza el aislamiento estricto de los cardenales para iniciar la votación.
(9:30 a.m. hora Colombia) los 133 cardenales electores dieron inicio al cónclave y se dirigen a la Capilla Sixtina mientras recitan la Letanía de los santos, una invocación en latín que inició con la Virgen María. Los purpurados están vestidos con los trajes de las ceremonias, aunque hay algunos que tienen birrete y otros portan solideos. Primero ingresaron los cardenales diáconos, luego los presbíteros y por último los obispos.
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A continuación, proceden con el cierre de la puerta (con llave-cónclave) y harán el juramento del voto secreto. El cardenal Pietro Parolin tiene el control del cónclave.
El cónclave en el que se elegirá pontífice 267 inició a las 10:00 de la mañana, hora del Vaticano (3:00 a. m. hora de Colombia) con la misa Pro Eligiendo Pontífice en la basílica de San Pedro, la iglesia más grande del mundo, con una superficie de 2,3 hectáreas.
La ceremonia fue presidida por el decano del Colegio Cardenalicio y retransmitida en 11 idiomas a través de Radio Vaticana y Vatican News (italiano, inglés, francés, español, portugués, portugués de Brasil, alemán, polaco, chino, árabe y vietnamita), además de lenguaje de señas en español. También se transmitió en onda corta en inglés, francés y portugués hacia África.
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Allí asistieron los cardenales y más de cinco mil fieles. El cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio, presidió la celebración. “Nos sentimos unidos a todo el Pueblo de Dios en su sentido de fe, amor al Papa y esperanza confiada”, dijo en su homilía a pocas horas antes del inicio del cónclave.
El cardenal Re pidió al espíritu santo “su luz y su fuerza para que el Papa elegido sea aquel que la Iglesia y la humanidad necesitan en este difícil, complejo y conflictivo momento de la historia”.
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“Cada Papa sigue encarnando a Pedro y su misión, y por lo tanto representa a Cristo en la tierra; es la roca sobre la que se edifica la Iglesia (cf. Mt 16,18). La elección de un nuevo Papa no es una simple sucesión de personas. La elección de un nuevo Papa es siempre el regreso del apóstol Pedro (sic)”, explicó el Vaticano este miércoles.
Mientras los cardenales electores emitían sus votos en la Capilla Sixtina, el cardenal Re instó a todos a orar: “en los últimos cien años nos ha dado una serie de Pontífices verdaderamente santos y grandes, nos dé un nuevo Papa según el corazón de Dios para el bien de la Iglesia y de la humanidad”.
“Que la Santísima Virgen María, Madre de la Iglesia, interceda con su maternal intercesión, para que el Espíritu Santo ilumine las mentes de los cardenales electores y les ayude a ponerse de acuerdo sobre el papa que nuestro tiempo necesita”, expresó.
¿Cómo votan los cardenales?
Por sorteo, tres cardenales son designados “escrutadores”, otros tres “infirmarii” como encargados de recoger el voto de los purpurados enfermos y tres más como revisores para comprobar el recuento.
Sentados juntos, los cardenales reciben papeletas rectangulares con la inscripción Eligo in Summum Pontificem que en español significa: “Elijo como Sumo Pontífice” y un espacio en blanco debajo. Los votantes escriben el nombre de su candidato a mano, “con caligrafía lo más clara posible”, y doblan la papeleta. En teoría, está prohibido que un cardenal emita el voto por sí mismo.
Cuando ya cada cardenal haya escrito su voto, llega la hora de dirigirse por turnos al altar, “sosteniendo su papeleta en el aire para que sea bien visible y pronuncia en voz alta el siguiente juramento en latín: ‘Pongo por testigo a Cristo Señor, el cual me juzgará, de que doy mi voto a quien, en presencia de Dios, creo que debe ser elegido’”, detallan desde AFP.
Acto seguido, deposita su papeleta en un plato y la desliza en la urna frente a los escrutadores, se inclina ante el altar y vuelve a su silla. Una vez recogidas todas las papeletas, un escrutador agita la urna para mezclarlas, las transfiere a un segundo recipiente y luego otro las cuenta.
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Dos escrutadores anotan los nombres, mientras que un tercero los lee en voz alta y perfora las papeletas con una aguja en el punto en el que se encuentra la palabra “Elijo”. Los revisores verifican que no haya errores.
¿Cuántos votos se necesitan esta vez para ser elegido papa?
Si ningún cardenal obtuvo la mayoría de votos, los electores proceden a una nueva votación. Salvo el primer día, donde solo serán dos, se prevén dos por la mañana y dos por la tarde hasta la proclamación de un papa.
Las papeletas y las notas tomadas por los cardenales se queman en una estufa cada dos rondas de votación. La Capilla Sixtina cuenta con dos estufas conectadas a la misma chimenea de la que sale la única indicación de lo que ocurre en el interior, esta fue instalada el pasado viernes, 2 de mayo.
En una estufa, la más antigua, se queman las papeletas de votación y las notas de los cardenales. La otra, más moderna, sirve para anunciar el resultado de la votación. De esta última, con ayuda de productos químicos, sale humo negro (si los cardenales no llegan a un acuerdo) o blanco, cuando se ha elegido a un nuevo papa. La chimenea es visible por los fieles desde la plaza de San Pedro.
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Según Vatican News, para ser elegido en este cónclave, el futuro papa deberá obtener dos tercios de los votos, es decir, al menos 89 sufragios.
Si han pasado tres días y no se ha logrado el nombramiento de un pontífice, la votación se suspende para un día de oración. Algunos cardenales anticiparon un cónclave de “dos o tres días” para elegir al próximo representante de San Pedro en la Tierra.