El papa León XIV se convirtió en el sumo pontífice número 267 de la Iglesia católica, luego de dos días de cónclave. Robert Francis Prevost Martínez, de 69 años, es un nativo de Chicago (Estados Unidos) que se convirtió en 2023 en el prefecto del poderoso Dicasterio para los Obispos, encargado de nombrar a los mitrados de todo el mundo.
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Prevost fue misionero en Perú y años después fue nombrado arzobispo-obispo emérito de Chiclayo, en el país andino. También es el presidente de la Pontificia Comisión para América Latina.
Prevost, quien tiene nacionalidad peruana, llega al trono de San Pedro con una inclinación pastoral, perspectiva global y capacidad para gobernar la curia vaticana. Su reputación de moderado y de constructor de puentes será además crucial en un momento en que la Iglesia aparece muy dividida.
De hecho, Prevost llegó por primera a Perú vez como joven misionero agustino y, desde allí, partió como obispo rumbo al Vaticano, donde ha sido coronado como el primer papa estadounidense de la historia.
¿Qué postura tiene León XIV sobre la guerra en Ucrania?
Hasta ahora, el nuevo papa ha sido reconocido como alguien moderado y conciliador, como lo califican algunos teólogos. En ese sentido, el diario italiano La Repubblica lo llamó “el menos estadounidense de los estadounidenses” por la moderación de sus palabras.
Con este carácter, Prevost se ha referido en el pasado a la invasión que hizo Rusia a Ucrania desde febrero de 2022 y que desató una guerra desde entonces.
En esa ocasión, el ahora máximo jerarca de la Iglesia católica declaró en el medio de comunicación Expresión, de Chiclayo (Perú), que “esta es una auténtica invasión, de carácter imperialista, donde Rusia busca conquistar territorio por razones de poder”.
Y también añadió que “está comprobado que en Ucrania se están cometiendo crímenes de lesa humanidad”.
Vale recordar que Robert Prevost ha tenido una relación cercana con Perú, país del que tiene ciudadanía peruana, la cual le fue otorgada en 2015, y a raíz de que el religioso desarrollara labores pastorales en el país sudamericano desde 1985, tres años después de haber sido ordenado como sacerdote.
Prevost llegó a Perú en una misión agustiniana, congregación con la que tuvo simpatía desde niño, ingresando al Seminario Menor de los Padres Agustinos en 1977. En 1988, luego de especializarse en Derecho Canónico en Roma, Prevost regresó a territorio peruano para dirigir allí el Seminario Agustiniano de Trujillo, lugar que ocupó durante casi diez años.
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