El ejército israelí indicó que el cuarto cadáver entregado por el movimiento islamista palestino Hamás no corresponde al de ninguno de los rehenes de Gaza.
“Una vez concluidos los exámenes del instituto forense nacional”, la conclusión es que “el cuarto cuerpo entregado por Hamás a Israel no corresponde a ninguno de los rehenes”, indicó el ejército en un comunicado.
“Hamás tiene que hacer todos los esfuerzos necesarios para devolver a los rehenes fallecidos”, advirtió el ejército israelí.
En virtud del acuerdo de canje concluido entre Israel y Hamás como parte de la tregua auspiciada por Estados Unidos, el movimiento islamista se comprometió a entregar a todos los rehenes que se encontraban aún en la Franja de Gaza.
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Hamás liberó el lunes a los veinte últimos rehenes que seguían con vida tras su secuestro el 7 de octubre de 2023 y también devolvió ocho de los 28 cadáveres previstos.
Las familias de los rehenes indicaron previamente que tres de los cuatro cadáveres entregados la noche del martes habían sido identificados. Se trata de Uriel Baruj, Eitan Levy y Tamir Nimrodi.
Previo a estos cuatro fallecidos, Hamás había entregado el lunes los cuatro primeros cadáveres.
Por su parte, Israel devolvió los restos mortales de 45 palestinos, que fueron trasladados a Jan Yunis, anunció el hospital Nasser de esta ciudad del sur de la Franja. El lunes había liberado a 1.968 prisioneros palestinos.
Mientras tanto, en el territorio palestino, el movimiento islamista desataba una campaña de represión para restablecer su control en las zonas de las que se retiró el ejército de Israel.
El grupo difundió imágenes en su canal de televisión que muestran la ejecución de ocho personas acusadas de ser “colaboradores” de Israel en plena calle, tras la retirada del ejército israelí después de dos años de guerra.
El video, cuya autenticidad, fecha o lugar no pudo ser confirmado de inmediato por la AFP, muestra a combatientes de Hamás ejecutando a los hombres con los ojos vendados, atados y de rodillas.
Desde la entrada en vigor del alto al fuego el viernes, periodistas de la AFP han observado la presencia de miembros de las fuerzas de seguridad del movimiento islamista encapuchados en mercados y carreteras de varias ciudades de la Franja de Gaza.
Tras la liberación de los rehenes, debemos conseguir “la desmilitarización y el desarme” de Hamás, subrayó el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, el martes en la cadena CBS.
“En primer lugar, Hamás debe entregar las armas y, en segundo lugar, hay que asegurarse de que no haya fábricas de armas en Gaza. No debe haber tráfico de armas hacia Gaza. Eso es la desmilitarización”, advirtió.
Trump afirmó que Estados Unidos “desarmará” a Hamás si el grupo se resiste. “Esto sucederá rápidamente y tal vez de forma violenta”, advirtió.
Varios testigos reportaron el martes intensos combates en el barrio de Shujaiya en Ciudad de Gaza, en los que, según ellos, una unidad afiliada a Hamás se enfrentaba con clanes y bandas armadas, algunas presuntamente respaldadas por Israel.
Por otro lado, la Defensa Civil de Gaza, organización de rescate que opera bajo la autoridad de Hamás, anunció este martes la muerte de seis personas en dos incidentes por disparos israelíes.
El ejército israelí afirmó que disparó contra “sospechosos” que se acercaban a sus fuerzas tras cruzar la “Línea Amarilla” hasta la que se replegó.
En el otro caso, también dijo haber disparado contra un grupo de civiles que consideró una “amenaza inmediata” para las tropas.
El plan de Trump también prevé la retirada progresiva, ya iniciada, del ejército israelí, que controla 53% del territorio palestino, así como una “amnistía” para “los miembros de Hamás que se comprometan a respetar la coexistencia pacífica y entreguen sus armas”. Para los demás, la propuesta establece el exilio.
En el terreno, para muchos palestinos que reconstruían sus hogares y sus vidas entre las ruinas, la presencia de los milicianos de Hamás era tranquilizadora.
Tras el despliegue de la policía, “empezamos a sentirnos seguros”, afirmó Abu Fadi al Banna, de 34 años, en Deir al Balah, en el centro de Gaza.
“Empezaron a organizar el tráfico y a despejar los mercados (...), nos sentimos protegidos de los matones y los ladrones”, declaró.
Hamdiya Shamiya, de 40 años, fue obligada a abandonar su hogar en el norte del territorio palestino por los combates y tuvo que buscar refugio Jan Yunis.
“Gracias a Dios la guerra terminó finalmente. Podemos respirar”, afirmó.
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