El hombre que murió en medio de un aparente caso de hurto a un juez en una estación de gasolina del barrio Belén Rosales, suroccidente de Medellín este fin de semana, ya había estado en la cárcel por extorsionar a los comerciantes, cuidadores de vehículos y revendedores en los alrededores del estadio Atanasio Girardot.
La muerte de Sebastián David Durango Murillo, de 30 años, ocurrió el pasado sábado en la noche en la carrera 70 con la calle 30A, en este barrio de la comuna 16 (Belén), cuando un policía que escoltaba al juez promiscuo municipal de Vegachí, Nordeste antioqueño, reaccionó cuando, al parecer, este hombre se acercó con la idea de hurtarle las pertenencias al togado.
Mientras Durango Murillo, quien era conocido como El Burro, estaba con dos personas que lo estarían acompañando en el hecho delictivo a bordo de dos motocicletas. Malherido logró escapar de la estación de combustible en una de las motos, de donde cayó unos metros más adelante. Personal de la Policía Metropolitana que lo encontró en el sitio lo llevó a la Clínica Medellín Occidente, donde falleció.
De acuerdo con los antecedentes consultados en la Rama Judicial, el fallecido llegó a pertenecer a una estructura criminal conocida como Los Hijos del Diablo, la cual estaba implicada en el cobro de extorsiones, tráfico de estupefacientes, homicidios selectivos y desplazamientos forzados en los alrededores del principal escenario deportivo de la capital antioqueña.
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Su captura se produjo en mayo de 2016, luego de varios meses de investigaciones en los que se habría establecido que alias El Burro sería quien cobraba las vacunas a los comerciantes y revendedores en las afueras de los centros comerciales Obelisco y El Diamante, así como en el Parque Pinocho, Plaza de La América, Estadio y La 70.
Para lograr hacer el cobro de las extorsiones, este hombre, quien fue capturado en ese momento con Carlos Esleyvan Marín Ospina, alias Forlan, intimidarían a sus víctimas con que si no cumplían con sus pretensiones, atentarían contra sus vidas, las de sus empleados o las de sus clientes. También se les investigó por el desplazamiento de comerciantes, cuidadores y revendedores de estas zonas.
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A Durango Murillo lo condenaron por los delitos de concierto para delinquir y extorsión agravada y en agosto de 2022 interpuso una acción de tutela contra la cárcel El Pedregal, donde estuvo recluido por los hechos por los cuales fue capturado.
La detención del hoy fallecido se logró luego de una investigación de más de seis meses realizada por el Gaula Militar, luego de las denuncias conocidas por algunas de las víctimas de los miembros de este grupo delincuencial.
La muerte de este hombre es la segunda que está dentro de la categoría de Defensa de Bien Jurídico, nueve casos menos que el año pasado, de acuerdo con el Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia (Sisc).
Así mismo, continúan los incrementos de los homicidios en Medellín, pasando de 179 casos el año pasado, a la fecha, a los 209 que se contabilizan en este 2025, lo que representa un aumento del 17%.