En la Comuna 13, el “atractivo turístico” más popular de Medellín, la competencia por las ventas y por la atención de los cerca de dos millones de visitantes, locales y extranjeros, que recibe cada año es feroz.
Pareciera que no muy lejos está el día en que el barrio se quede pequeño para tanto comercio y tantas terrazas y tantas “esculturas” y lugares fotogénicos. Las famosas paletas de mango biche, los grupos de baile, los cantantes de rap, los guías, los imitadores de Pablo Escobar no dan abasto, menos en semanas como estas, de Feria de Flores.
Tan agresiva está la competencia por buscar nuevos marcos y nuevas poses para el Instagram y el Tiktok de los turistas en la comuna 13, que desde hace dos meses hay un lugar en el que cobran $5.000 por tomarse fotos disfrazado de militar sobre un helicóptero al que le pusieron “Orión” y poco más. El precio de las fotos incluye una manilla para entrar gratis a una famosa discoteca de la ciudad.
El lugar, que busca emular una base militar, tiene algunos recortes de prensa de octubre de 2002, cuando se realizó la operación militar ordenada por el entonces presidente Álvaro Uribe para, según ha defendido, recuperar el control de una zona que estaba tomada por milicias urbanas, pero que dejó incontables violaciones de derechos humanos, decenas de muertos y desaparecidos, la mayoría civiles no involucrados de ninguna manera en el conflicto, que hoy, más de 20 años después, siguen sin aparecer.
Hay un televisor sin sonido que reproduce en loop un video de Teleantioquia que se hizo en 2017 para “conmemorar los quince años de la Operación Orión”. Dura poco más de dos minutos y en él hay tomas de helicópteros, disparos, militares que corren mientras aprietan el gatillo. También al exgeneral Mario Montoya (imputado por más de 130 ejecuciones extrajudiciales que se ha negado a reconocer) entre aplausos.
El televisor pasa casi siempre en silencio, pero si tuviera volumen, los turistas escucharían que “la operación dejó 355 personas arrestadas, de las cuales 82 terminaron sindicadas. La operación, apoyada por la Fuerza Aérea Colombiana que con un despliegue de 1.500 efectivos se apoyó además de hombres y mujeres encapuchados quienes luego brindaron información a las autoridades”. Antiguos comandantes paramilitares han reconocido participación y apoyo a las fuerzas militares en esa operación.
Como ocurre, por ejemplo, en los tantos museos que le rinden culto a Pablo Escobar regados por toda la ciudad, en esta nueva “atracción” no están las víctimas ni sus testimonios.
“La historia debería ser contada desde la voz de las víctimas, no de aquellos que lo están haciendo de una forma turística y que no parte de la realidad de muchos de los hechos que ocurrieron”, dice una de las sobrevivientes de la toma militar.
Orión, lejos de ser un mero hito turístico, representó una de las páginas más oscuras del conflicto armado en Medellín. Iniciada entre el 16 y 19 de octubre de 2002, aunque no fue la única intervención militar que se hizo en San Javier, pero sí la más grande e intensa en la historia del conflicto armado urbano en Colombia. Fue una acción acordada entre el Gobierno Nacional la Alcaldía de Medellín, entonces de Luis Pérez Gutiérrez, con el fin de erradicar el dominio de milicias guerrilleras (CAP, ELN y FARC) que controlaban barrios como Belencito, El Corazón, 20 de julio, Las Independencias, Nuevos Conquistadores y El Salado. Aproximadamente 1.500 efectivos de la fuerza pública (Policía, Ejército, Fuerza Aérea, DAS y Fiscalía) participaron en la operación.
Investigaciones de la Comisión de la Verdad y la JEP han revelado la coordinación entre el Ejército Nacional (Cuarta Brigada, comandada por el general Mario Montoya), la Policía (comandada por el general Leonardo Gallego), y el Bloque Cacique Nutibara, bajo el mando de Diego Fernando Murillo, alias ‘Don Berna’. Juan Carlos Villa Saldarriaga, alias ‘Móvil 8’, exparamilitar, ha declarado que su grupo proporcionó guías al Ejército para identificar supuestos guerrilleros, incluso llevando a estos informantes a la Cuarta Brigada. Uno de estos guías, Marlon Andrés Castañeda Higuita, alias ‘El Gomelo’, es el hombre encapuchado de la icónica foto de Jesús Abad Colorado que daba órdenes a los militares en el terreno.
Las modalidades de violencia desplegadas durante Orión y su posterior consolidación paramilitar incluyeron capturas arbitrarias y detenciones selectivas; allanamientos violentos y destrucción de viviendas; desplazamientos forzados; y, lo más grave, desapariciones forzadas y asesinatos. Si bien las cifras varían, el informe del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) registra 40 heridos civiles y al menos 6 desaparecidos. La JEP, por su parte, estima que unas 200 personas fueron desaparecidas solo entre 2002 y 2003 en la Comuna 13. La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha señalado que Orión permitió la consolidación de paramilitares que desaparecieron a personas días después de la operación.
Algo más habría que contarse antes de subir al “helicóptero de Orión”.