El presidente ejecutivo de la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol), Guillermo Herrera, advirtió que la propuesta del Ministerio de Comercio para elevar los aranceles del hierro y el acero hasta un 35% representaría una medida “profundamente inconveniente” para el sector vivienda.
Actualmente, esos aranceles están entre 5% y 10%, pero el nuevo decreto busca incrementarlos de manera sustancial. Según Herrera, una decisión de ese tipo agravaría la situación de un sector que ya completa 31 meses consecutivos de caída en las iniciaciones de vivienda y que opera hoy en niveles similares a los de 2012.
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El acero, un insumo clave
Según Camacol, el acero es uno de los materiales más importantes en la construcción: representa el 15% de los costos totales de una obra.
Herrera afirmó que un incremento arancelario de esta magnitud generaría presiones adicionales de hasta 3,6% en los costos directos, que se sumarían a otras medidas de protección comercial vigentes para diferentes insumos. En conjunto, dijo, el impacto podría significar un aumento cercano al 6% en los costos de construcción.
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El dirigente gremial advirtió que este aumento no solo afectaría a las empresas del sector, sino también a los consumidores finales. “Esa escalada terminaría trasladándose al precio final de la vivienda y afectaría directamente a los hogares”, señaló.
Impacto directo en la vivienda social
El gremio constructor expresó especial preocupación por los efectos en la vivienda de interés social (VIS), donde los precios están regulados y no pueden ajustarse libremente.
“En este segmento, un mayor costo de los materiales podría llevar a la cancelación de proyectos en ejecución y a la inviabilidad financiera de nuevas obras, lo que reduciría aún más la oferta de vivienda en el país”, explicó Herrera.
Agregó que un aumento arancelario de esta magnitud no solo desestimula la construcción, sino que también pone en riesgo la recuperación económica, el empleo y el acceso a vivienda digna para miles de familias colombianas.
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Herrera insistió en que cualquier medida de política comercial debe considerar el contexto actual del sector y sus efectos sobre la economía en general. “Subir los aranceles al acero sería un golpe directo a la reactivación”, concluyó.