El presidente Gustavo Petro se manifestó en la tarde de este sábado 28 de junio sobre el crítico artículo que publicó The Economist sobre su administración del país, la cuál sostuvo que ha tenido más frustraciones que aciertos.
En su cuenta de X, como es costumbre, el jefe de Estado respondió con risas al artículo de la revista británica: “jajaja”. Luego, tildó al medio de tener un pensamiento crematístico.
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Con eso se refirió a un concepto que usaba Aristóteles para conceptualizar una actitud hacia la economía y que prioriza la acumulación de riqueza o dinero como objetivo principal de la actividad económica, más allá de las necesidades humanas.
Además, señaló a revista de creer que el Estado Social de Derecho y la economía social de mercado son pensamientos vagos. En la óptica del mandatario esos conceptos son necesario para la descarbonización y la transición energética.
Añadió: “Hay que informarle (a The Economist) que no planeo cambiar la Constitución ni estoy desesperado”.
Eso, porque el artículo lleva por introducción: “Un exasperado Gustavo Petro considera cambiar la Constitución colombiana. Su propuesta es radical y sus intenciones, preocupantemente vagas”.
Y siguió defendiendo Petro, al respecto: “Planeo que se aplique la Constitución de 1991. El Estado Social de Derecho es fundamental para dejar de ser el tercer país más desigual socialmente de la tierra”.
Pese a esa aclaración, reconoció que a la Constitución se podría agregar políticas para mitigar y adaptarse a la crisis climática. En palabras del presidente: “cómo Colombia se descarboniza y se convierte en poder mundial de la vida”.
Lo que dice The Economist
El artículo critica de forma notable al Gobierno en varios aspectos como las reformas y la seguridad.
Indica que Las reformas estructurales que prometió —en salud, pensiones, trabajo y paz— han tropezado una y otra vez con resistencias legislativas, decisiones judiciales y una creciente tensión institucional que debilita su capacidad de gobierno.
“Han sido unos años frustrantes para Gustavo Petro”, afirma la publicación británica, que califica su estilo como “pugilístico” y critica su tendencia a enfrentarse abiertamente con el Congreso y otros poderes del Estado, lo que ha obstaculizado el avance de sus principales propuestas.
La “peligrosa” constituyente
El punto más criticado por The Economist es el anuncio de Petro, el pasado 20 de junio, de incluir una consulta sobre una posible asamblea constituyente durante las elecciones generales de 2026. Aunque la Constitución de 1991 ha sido reformada por gobiernos anteriores, lo que propone el actual presidente es una reescritura sin claridad sobre sus alcances ni limitaciones.
La revista británica considera que esta iniciativa representa “una idea peligrosa”, y sostiene que Petro podría intentar introducir por vía constitucional lo que no ha podido lograr mediante el Congreso.
En cuanto al manejo político, The Economist subraya la inestabilidad dentro del gobierno: más de 50 ministros han pasado por el gabinete en menos de dos años.
A ello se suma la retórica beligerante del presidente en redes sociales, donde ha llegado a comparar a sus críticos con nazis o esclavistas. Las denuncias de su exministro de Relaciones Exteriores —quien lo acusó de consumo de drogas, algo que Petro niega rotundamente— solo han contribuido a erosionar su imagen.
Entérese: El demoledor artículo de The Economist sobre el gobierno de Gustavo Petro
