Pico y Placa Medellín

viernes

0 y 6 

0 y 6

Pico y Placa Medellín

jueves

1 y 7 

1 y 7

Pico y Placa Medellín

miercoles

5 y 9 

5 y 9

Pico y Placa Medellín

martes

2 y 8  

2 y 8

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

3 y 4  

3 y 4

language COL arrow_drop_down

Recuperar las quebradas de Medellín

Por décadas, Medellín ha menospreciado sus quebradas, canalizándolas en muchos casos o convirtiéndolas en riachuelos de cemento, sucios y contaminados, despojados de la vegetación y los cauces naturales que regulaban su flujo de agua en el mejor de los casos.

hace 13 horas
bookmark
  • Recuperar las quebradas de Medellín

Por David González Escobar - davidgonzalezescobar@gmail.com

“Por en medio de la calle de Ricaurte pasaba un arroyo, manso, terso, cristalino, la quebrada Santa Elena”, relata Fernando Vallejo al comienzo de Los días azules, una novela sobre su infancia en Medellín durante los años 40 y 50.

Sin embargo, “en mayo, el mes de las lluvias, cambiaba la cosa (...) empezaba a rodar el agua. Y las fuentecitas se volvían arroyos, y los arroyos ríos, y ríos y arroyos iban a dar a la Santa Elena, que engrosada por infinitos torrentes cambiaba de nombre y se tornaba en una avalancha: La Loca, la quebrada La Loca.”

Y así, “sonora, rugiendo, furibunda, bajaba La Loca de la montaña dando tumbos, entre relámpagos y truenos, desmelenada. (...) Brincando de aquí para allá, rebotando con su cauda de aguas, anegándolo todo.”

Siguen entonces dos páginas sobre cómo la quebrada, La Loca, inundaba la casa, destruía las calles y causaba estragos a su paso, porque “en Antioquia las quebradas son como los niños: berrinchudas.”

Cerca de un siglo más tarde, poco ha cambiado: nuestras quebradas, berrinchudas, que en temporada de lluvias siguen bajando furiosas por las escarpadas montañas que rodean el angostísimo Valle de Aburrá, continúan causando tragedias. No solo dejan daños materiales, sino que, como lamentablemente vimos esta semana, también se llevan vidas.

Por décadas, Medellín ha menospreciado sus quebradas, canalizándolas en muchos casos o convirtiéndolas en riachuelos de cemento, sucios y contaminados, despojados de la vegetación y los cauces naturales que regulaban su flujo de agua en el mejor de los casos, y en otros, invadidos por el crecimiento —muchas veces informal— de la ciudad, aumentando los riesgos de desastre cada vez que entramos en temporadas de lluvias fuertes.

Por eso, quiero aprovechar esta columna para respaldar una idea que me comentó hace ya unos meses mi estimado profesor —hoy servidor público—, el concejal Luis Guillermo Vélez. Esta idea, que hoy se ha convertido en un proyecto de acuerdo que estudia el Concejo, busca que las cinco próximas administraciones de Medellín deban garantizar que al menos el 5 % de las transferencias que EPM destine a la ciudad se inviertan en la recuperación de las quebradas y el río Medellín.

Se trataría de garantizar recursos para una recuperación integral de estos espacios, mediante intervenciones sanitarias, la restauración de los sistemas ecológicos —reestableciendo sus cursos naturales, sus coberturas vegetales y la arborización con especies nativas— y obras civiles que fomenten la creación de parques lineales e infraestructuras públicas que permitan a los habitantes de Medellín apropiarse de sus quebradas. Estas, por su capilaridad a lo largo de toda la ciudad, no solo podrían beneficiar el disfrute de toda la población, sino también contribuir a la prevención de desastres como los que ha vivido la ciudad en las últimas semanas.

Sigue leyendo

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD