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Y cuando se venden las acciones se conoce como una salida, un exit. Por eso el título de esta columna, Tuvimos un exit!
Por Gregorio Londoño - opinion@elcolombiano.com.co
El mundo de la creación de empresas tiene dos patas, una es el emprendimiento, y la otra no tan conocida, y mucho menos celebrada, es la inversión.
Creo que la figura del inversionista tiene mala fama. Cuando la mayoría de las personas ajenas al mundo de la inversión en emprendimiento piensan en un inversionista, se imaginan un Tío Rico. Un avaro que quiere más, ya tiene demasiado y no apoya al héroe emprendedor solo porque no quiere.
Pero la verdad es otra. La mayoría de inversionistas son personas que han trabajado para tener excedentes que pueden disponer para invertir. En muchos casos, como en el mío, mi familia tuvo que trabajar tres generaciones para poder invertir en emprendimientos. Algo tan riesgoso que solo los familiares y amigos de los emprendedores co-invierten con nosotros. Los bancos ni siquiera intentan prestar a los emprendedores cuando están empezando.
Definitivamente, inversión e inversionista necesitan más visibilidad. Y para eso aprovecho este espacio, para celebrar que una inversión salió bien, muy bien. En cinco años multiplicó por más de 10 veces la inversión inicial, esto es equivalente a una tasa cercana al 60% anual. Y, como muchas veces se habla de las startups o emprendimientos que se quiebran y el dinero que pierden sus inversionistas, hoy quiero contar este caso de éxito y aprovechar para aclarar un par de conceptos.
El fundador es hijo de inmigrantes que se fueron a otro país para buscar un mejor futuro, no solo para ellos, sino también para los familiares que se quedaron. Para compartir su nuevo bienestar con la abuela, tenían que viajar 80 kilómetros una vez al mes, para enviarle dinero a través de Western Union y la transacción era costosísima. Lo peor, por más de 30 años la industria no cambió.
Hoy, gracias a la empresa, millones de personas pueden enviar dinero a sus seres queridos a cualquier parte del mundo, desde bancos y hasta papelerías cerca de sus hogares, a una fracción del costo, usando las herramientas que han creado.
Actualmente, mueven en 10 días, lo que hace 5 años movían en todo un año. Y este crecimiento no ha pasado desapercibido para fondos que ven más potencial de crecimiento y por esto decidieron tratar de comprar las acciones de inversionistas que entraron antes en la compañía. ¡Hace poco logramos finalizar esa transacción! Un grupo de varios ángeles miembros de la lastimosamente desaparecida Red de Ángeles Inversionistas de Medellín.
Esa es la forma en que los inversionistas que invierten en emprendimiento con la lógica de venture capital hacen plata, volviendo a vender, ojalá a un precio mucho mayor, las acciones que habían comprado. Y cuando se venden las acciones se conoce como una salida, un exit. Por eso el título de esta columna, Tuvimos un exit! Y ahora que ya saben qué es un exit, anímense a conocer más, acérquense a una red de ángeles, un club de inversión, un fondo, una universidad o cualquier actor del sistema de emprendimiento y empiecen a construir su propio exit.