Cuando Fray Israel Jiménez Ramírez, colombiano, de la Orden de San Agustín, vio a los cardenales hacer su juramento al inicio del cónclave y concretamente vio pasar al cardenal Robert Prevost en la transmisión de televisión que se emitió a todo el mundo, intuyó que él sería el próximo papa de la Iglesia católica.
“Yo lo vi como papa cuando hizo el juramento. Estábamos aquí en la comunidad, con un hermano agustino nigeriano y uno español, trabajamos aquí en la parroquia San Martín de Tours, en Buenos Aires, Argentina, y en el colegio del mismo nombre. Y ellos me decían que no, que eso era imposible que hubiera otro papa religioso y que fuera agustino, pero yo lo sentía así”.
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Justo Fray Israel –quien se ha desempeñado como Prior Provincial de la Provincia Nuestra Señora de Gracia de la Orden de San Agustín en Colombia– le escribió a monseñor Robert Prevost hace dos días, “y le manifesté que estaba orando y que pedía que les iluminara, entonces, él me escribió muy cortico, me saludó, me dio las gracias por mi mensaje y me dijo: ‘Ora para que se cumpla la voluntad de Dios, bendiciones”.
Los tres frailes agustinos en Buenos Aires estuvieron muy pendientes este jueves de la transmisión de las fumatas y se emocionaron, muchísimo cuando hubo humo blanco y cuando fue anunciado su nombre. “Saltábamos los tres, estábamos felices, contentos, fue un júbilo muy grande, hacía rato no sentía tanta emoción de verlo ahora como papa”.
El camino de Robert Prevost, el nuevo Papa León XIV, en Colombia
Fray Israel conoció a Prevost en distintos momentos de su vida. El hoy Pontífice de la Iglesia católica tiene 69 años, pero su etapa de misionero en América Latina fue larga y de mucho trabajo, concretamente en Perú.
En Colombia está ubicado el convento de Nuestra Señora de Gracia en Bojacá, Cundinamarca, lugar que es el noviciado de la Orden de San Agustín: “Y en ese tiempo (a comienzos de los 90) venían formandos del Perú a hacer su noviciado. Entonces el actual papa era el formador de esos jóvenes en las primeras etapas. Él venía como 5 veces al año, en el año 1990, 1991, ahí yo tuve la posibilidad de interactuar obviamente con él, de conocerlo escucharlo y eso fue un momento de verdad muy bello para mí, ahora me acuerdo de su sencillez y del hombre misionero que ha sido, él trabajó en el Perú, en el Vicariato de Chulucanas, en situaciones obviamente muy difíciles en ese tiempo”.
Más adelante se reencontró con él en Roma, cuando Fray Israel fue a estudiar del 2008 al 2010 y Prevost era el Prior General de la Orden de San Agustín. “Ahí lo llamaba de vez en cuando a saludarlo, a preguntarle cómo estaba y siempre me contestaba el teléfono”. Después en el año 2019 participó en el Capítulo General Ordinario en Roma y Prevost ya era obispo de Chiclayo y participó como invitado, “allí conversamos y recordamos esos tiempos de noviciado en Colombia, de los hermanos que estaban, fue un momento muy especial”.
De sus visitas al país recuerda Fray Jiménez que conversaba con los hermanos peruanos, con los colombianos, con el formador y hasta con la comunidad local. “Y después, cuando fue General, también nos visitó para los Capítulos Provinciales Ordinarios y nos acompañaba en ese proceso. Después de ser General, él vuelve a su provincia en Chicago, Estados Unidos, lo nombran formador y ejerciendo ese cargo es que lo hacen obispo de Chiclayo y de allí el Papa Francisco, de feliz memoria, lo hace cardenal y se lo lleva para el Vaticano”, relata.
¿Cómo es el Papa León XIV en palabras de los agustinos?
El teólogo Jhonattan Benavides trató con Prevost en alguna de las Asambleas de Agustinos en que se realizaron en América Latina. “Es un hombre muy fraterno, los agustinos tienen la fraternidad como carisma, pero no solo la fraternidad sino la búsqueda de la verdad y se preparan mucho, se forman intelectualmente y él tiene esas dos características del agustino. Además es muy buen administrador”.
Fray Israel añade que el actual papa ha sido siempre un ser humano muy cercano, muy sencillo, muy abierto al diálogo, un hombre que tiende puentes: “Ayudó mucho al tema de la unidad del episcopado cuando estuvo en Perú, en Chiclayo, como obispo y manejó y sorteó temas complejos con mucha serenidad y tranquilidad”.
El nuevo papa León XIV es un hombre misionero, y pensaba tal cual Francisco, “que hay que callejear la fe” y él sí que la ha callejeado, anota Jiménez, “ha estado siempre con el pueblo, en lugares apartados y difíciles, es un pastor con olor a oveja”, y añade Benavides que él conoce las realidades de los cinco continentes, de su país, Estados Unidos; y de América Latina gracias a esa voluntad misionera.
Concluye Fray Israel que “la orden de san Agustín está muy feliz por esta este regalo que nos da el señor” y esperan que pronto, cuando comience su agenda de viajes, vuelva a Colombia, a esos lugares que pisó varias veces en Bogotá y Cundinamarca y que han hecho parte de su vida como misionero.