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Laura Sarabia y Benedetti: la distancia con Petro que empieza a pasarle factura a la canciller

El presidente desautorizó a la canciller dos veces en un mes y ha ratificado a Benedetti como su mano derecha, a pesar de la historia de agresiones de este último.

  • Laura Sarabia pasa sus días de más distancia con el presidente Gustavo Petro. Foto: Redes Laura Sarabia.
    Laura Sarabia pasa sus días de más distancia con el presidente Gustavo Petro. Foto: Redes Laura Sarabia.
hace 4 horas
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El presidente Gustavo Petro ha tenido una relación difícil con quienes han ocupado la silla de la Cancillería en su Gobierno. Como constancia de eso están las dos cartas del ex canciller Álvaro Leyva, que llegó a decir en su último documento que había que “revisar la permanencia en el poder” del presidente y que debían activarse los mecanismos de la Constitución para ese fin. Pero su vínculo con quien fue en su momento la mujer más poderosa del Estado también pasa sus peores días.

Hay cinco hechos que denotan una dinámica de distancia entre ambos funcionarios. En los primeros tres años de gestión de Petro, Sarabia fue la mujer con las llaves del poder. Era ella quien decidía todo lo que pasaba en el Gobierno con un enfoque de microgerencia que la llevó incluso a tener influencia en sectores como el grupo de empresas del Gobierno llamado Bicentenario, a decidir qué funcionarios pasaban el filtro para que sus hojas de vida llegaran al escritorio del presidente, y a organizar el detalle de su agenda, sus viajes y sus reuniones.

Pero todo pasado fue mejor. Hoy Sarabia ya no habita la Casa de Nariño y en cambio quien pasa la mayor cantidad de tiempo al lado del mandatario es el ministro del Interior, Armando Benedetti. El primer hecho que resulta evidente es la ratificación de Benedetti por parte del presidente. Lo defendió públicamente en el famoso Consejo de Ministros de la rebelión y decidió renunciar a liderazgos como el de Susana Muhamad, que en el petrismo se consideraba valioso. En esa misma línea, fuentes de Casa de Nariño le dijeron a EL COLOMBIANO que al presidente no le gustó la decisión de Sarabia de volver a hacer pública la pelea entre ambos, que no se trata de una simple enemistad de redes, sino de un asunto penal grave. Esto podría tener consecuencias para el ministro, en un momento en el que Petro lo necesita: la campaña por la Consulta Popular y la carrera presidencial de 2026.

El tercer hecho que marca la distancia entre la canciller y el presidente es el lugar en el que la sentaron en el penúltimo Consejo de Ministros. Sarabia estaba acostumbrada a estar al lado derecho de Petro e incluso a liderar reuniones en la ausencia del mandatario. Por primera vez en un encuentro con el gabinete no estuvo ni a su derecha ni al frente en la cita del equipo, sino que el Dapre decidió ubicarla en una silla en un extremo. Al lado del presidente estuvieron sentados Angie Rodríguez y Benedetti, que ahora no se le despega al jefe de Estado.

Y, finalmente, dos movimientos más que son preocupantes porque demuestran una falta de claridad en la política exterior que le puede traer problemas al país. El pasado 14 de abril la canciller publicó un trino felicitando al presidente Daniel Noboa por su reelección en Ecuador. Esto en la voz de la Cancillería significa un reconocimiento oficial a los resultados. Pero dos horas después, Petro, sin hablar internamente con la canciller, desestimó ese reconocimiento, cuestionó los resultados y habló -usando algunas fake news- de supuestas irregularidades. La última desautorización ocurrió este miércoles. La canciller había citado a la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores para discutir los acercamientos con China, frente a la Ruta de la Seda.

Este es el gran objetivo de China en política exterior para abrir más sus fronteras y encontrar nuevas rutas de comercio, tal como había sucedido desde el siglo I hasta el V A.C. China tiene una estrategia voraz para expandir sus exportaciones en un momento en el que la guerra comercial con Estados Unidos le ha ejercido presión para conseguir nuevos aliados. Sarabia había llamado a esta Comisión en la que participan expresidentes para tomar nota de sus consejos. Pero en un discurso Petro echó abajo esa decisión. “Ahí citaron la comisión asesora. No, yo soy el jefe de las relaciones exteriores de Colombia, dice la Constitución. Vamos a hablar con Xi Jinping de tú a tú, no como arrodillados y pondremos problemas que hay vigentes”, dijo el presidente.

Minutos después, la Cancillería canceló la reunión. Lo que no se explica es cómo el presidente no tiene una comunicación interna mucho más metódica y de gerencia con sus ministros para que este tipo de discrepancias no se expongan en la opinión pública, o si Petro quiere que eso sea justamente lo que pase. La canciller por lo pronto no va a renunciar, según le dijo a este diario. Acaba de anotarse un triunfo con la elección de Laura Gil como secretaria adjunta de la Organización de Estados Americanos pero es notorio que la relación con su jefe no está bien.

Además, Benedetti, en su estilo, ha enviado mensajes entre líneas para desmeritar su trabajo. El ministro en el último mes sostuvo reuniones independientes con los embajadores de la Unión Europea, China y Estados Unidos, aunque eso no sea parte de sus funciones. El Gobierno navega los problemas en el método de Petro, que es el de la resolución del día a día y las controversias públicas incluso con sus propios funcionarios, porque eso le sirve en la estrategia discursiva de campaña. El problema es que la estabilidad de la política exterior ya se ha puesto a prueba. Ocurrió con el Estados Unidos de Trump y ahora con la China de Xi Jingping. En medio de los ires y venires del presidente, Colombia podría quedarse “sin el pan y sin el queso”.

La guerra interna en el DAPREDesde hace varias semanas en el DAPRE hay una pelea interna que ha llegado a presiones reveladas por EL COLOMBIANO. El sindicato de la entidad publicó ayer un comunicado pidiendo garantías para la negociación de los derechos laborales y requirió al Gobierno coherencia con las pretensiones de la Consulta Popular. Este diario publicó una historia sobre cómo a dos personas de la entidad las amenazaron con dejarlas sin trabajo si no marchaban con camisetas de apoyo a la administración el pasado primero de mayo. La última denuncia tiene que ver con supuestos ofrecimientos de beneficios y ascensos a cambio de dejar el sindicato. Esta pelea es relevante para la historia de la distancia de Sarabia porque se da en la administración de la nueva directora, Angie Rodríguez, que está aliada con Benedetti.

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