Pasan las horas tras confirmarse la muerte de Miguel Uribe Turbay y las imágenes y videos del dolor entre sus familiares y amigos son cada vez más dolorosos. Este lunes, en el acto de velación en cámara ardiente en el Congreso de la República, se abrazaron María Claudia Tarazona y Miguel Uribe Londoño, esposa y padre del senador y precandidato presidencial del Centro Democrático que fue víctima de un atroz atentado el pasado 7 de junio.
Uribe Londoño, viudo de la periodista y madre de Miguel, la periodista Diana Turbay, llegó primero al Congreso rodeado de varios familiares, amigos y políticos. Minuto después arribó Tarazona junto a sus tres hijas que Miguel había adoptado como sus propias hijas. María Claudia y Miguel son padres de Alejandro, de tan solo cuatro años de edad, la misma que tenía Uribe Turbay cuando asesinaron a su madre en una operación de rescate en enero de 1991.
“Romper una familia es el acto de violencia más horrible que se pueda cometer jamás”, dijo Tarazona antes de ingresar al Capitolio.
Sus médicos, enfermeros, cada uno de ellos, lucharon a la altura de Miguel esa batalla que él hubiera querido que dieran y que lo hicieron con altura. Gracias por no desfallecer”, agregó.
También dijo frente a las cámaras que estos dos meses en los que Uribe Turbay estuvo en una Unidad de Cuidados Intensivos fueron una “preparación” y que sin ellos, “hubiera sido imposible enfrentar este momento”.
Luego, Uribe Londoño y Tarazona se abrazaron por varios segundos en lo que fue un gesto emotivo para las personas que estaban alrededor.
También hicieron presencia, entre otros, los expresidentes César Gaviria y Juan Manuel Santos con sus familias. En el caso de Gaviria, su hijo Simón, abrazó con tristeza a Tarazona.
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La vida de Miguel Uribe
Miguel Uribe Turbay nació el 28 de enero de 1986 en Bogotá, tras el segundo matrimonio de Diana con Miguel Uribe Londoño; llegó a la vida como el hermano menor de María Carolina Hoyos Turbay —hija de Luis Francisco Hoyos Villegas—. Tras la muerte de su madre desarrolló dos inquietudes: preguntarse con persistencia por qué Dios había decidido llevársela y un gusto por la música que vino de su padre, quien era cantante aficionado, pero con algunos estudios.
Miguel se hizo en sus últimos años de vida con una misión que nadie le entregó, pero que puso en la herencia que le dejó su madre por luchar contra la injusticia, se hizo opositor del gobierno de Gustavo Petro —“estoy permanentemente recorriendo Colombia porque hoy la gente está sufriendo por un gobierno indolente. Claro que le doy duro a Petro, no por argumentos personales, sino porque yo quisiera un gobierno que solucionara los problemas que hay”— y se encaminaba a ser el candidato único del Centro Democrático, pues tenía el cariño del expresidente Álvaro Uribe Vélez —como le pasó a Iván Duque en 2018—, de José Obdulio Gaviria y de empresarios antioqueños.
Pero como aquel día de enero de 1991, cuando murió su madre por un balazo, así Miguel Uribe Turbay: muerto por el balazo de un sicario-niño. Como a la orfandad, a Miguel Uribe lo llevaron muy temprano a la muerte.