El entrenador antioqueño Juan José Peláez conversó con este diario en la previa del clásico que definirá el último título del año en Colombia.
Es uno de los hombres que mejor conoce el fútbol antioqueño –y colombiano–. Ha sido entrenador tanto de Atlético Nacional como del Medellín. Con ambos fue artífice de épocas brillantes en nuestro país. Juan José Peláez sabe de balompié como pocas personas. Conversó con este diario en el pódcast Línea de Gol.
“A esta final hay que darle contexto porque la antesala está cargada de cierta frustración. Hay dolor en las dos hinchadas. Por eso, hay cierta prevención y eso explica lo que se hizo en el primer partido. Ese dolor se transmite en la cancha a través de la cautela. Ninguno quiere perder y por eso Medellín arma un bloque defensivo fuerte y Nacional tampoco se deja sorprender. Son defensas que superan los ataques. Pero me parece que Nacional, sobre todo en el segundo tiempo, descubrió algunas fisuras y tuvieron más opciones de ganar. El DIM hizo un juego estratégico e intentó algún contragolpe en el primer tiempo, pero en el segundo no pudo”.
“Yo no comparto mucho la idea de que la localía pesa o da ventaja. Cuando se entra a la cancha me parece que las disposiciones estratégicas son iguales. Por eso, yo creo que el segundo partido será parecido al primero, aunque se espera que sí haya correcciones, sobre todo del Medellín en la fase ofensiva. Si desarrolla más su capacidad ofensiva, que fue la característica primordial durante el semestre, debe tener opciones de gol. Nacional, me parece, se dedicará a desbordar por fuera, buscar la movilidad de Morelos, Marlos y Marino. Pienso que hay elementos para creer que el clásico no quedará 0-0”.
“Yo lo veo muy difícil por todo lo que hay en juego. El contexto obliga a que los equipos sean cautelosos. Es que el que gane esta copa no creo que se vaya a salvar de la crítica, del señalamiento. Sin embargo, al que pierda la final le va a ir muy mal porque prácticamente muchos de estos jugadores, inclusive los cuerpos técnicos, están jugando la vida en esta final. Es más lo que se pierde que lo que se gana y por eso tanta cautela, creo yo”.
“Yo veo a Nacional muy confuso desde hace rato. Yo recuerdo la época donde una gente dijo: ‘vamos a hacer un equipo de criollos’ y le pusieron un técnico colombiano, con jugadores locales y después eso se copió en todo el país. Ahora hay mucha influencia externa. A mí me parece que Diego Arias es bueno y no debería salir. No sé si se puede quedar en otra posición, o tenerlo al lado del técnico que venga, como asistente. Él es un muchacho que tiene mucho potencial, ha hecho cosas buenas, pero acá andan en la tónica de cambiar todo, cortar, y se ha perdido el norte. Yo quisiera un técnico que respete el fútbol que puede practicar Nacional con los jugadores que tiene en este momento”.
“Yo no sé. Reinaldo es tan buena persona. No sé si le convenga venir acá, con esta vaca loca en la que se ha convertido el fútbol. Yo creo que él debería mirar bien, elegir las opciones con más calma. No sé si con el estrés que se maneja ahora en Nacional eso sería bueno para que él asuma ese reto”.
“Para mí es un buen perfil para Nacional. Es una persona joven, fuerte, que tiene carácter. Lo que me parece muy importante es que él se estabilice, que si viene pueda quedarse un buen tiempo. Sin embargo, depende de los resultados, pero tiene perfil para llegar”.
“Yo creo que sí. A mí me sorprendió de manera grata lo que hizo en la final de ida. Si algo distinguió al Medellín este semestre fue su buen ataque, pero en ese juego fue su buena defensa. Ahora, hay que equilibrar ambas cosas para ser más competitivos, para pelear títulos y ganarlos. El que gana, por lo general, siempre es el que más equilibrio tiene y eso se da cuando uno ataca bien y defiende bien”.
“Yo no soy quién para hablar del interior de un equipo, pero al Medellín lo veo silencioso en la cancha, sus jugadores son muy apacibles. Los equipos necesitan líderes, gente dentro de la cancha que los haga reaccionar o los calme. Yo lo vi mucho contra Santa Fe, cuando DIM se vio ganando y en Santa Fe empezaron a hablar, tomaron la pelota y el Medellín no lo hizo. Al DIM le falta un líder que gestione adentro, que conecte, active, haga reaccionar los jugadores”.
“Ninguna. Aquí las aficiones son muy buenas. A mí me parece que es más difícil lidiar hinchadas en otra parte, donde la condición de paisa lleva a que a uno lo señalen de manera constante. Afuera del país es mucho más bravo. Cuando estaba en Ecuador y Bolivia, lo sentí mucho. Aquí el problema es los lunes cuando no se gana de local, porque uno no puede ni salir de la casa porque hasta el portero del edificio termina reclamando (risas)”.
“El mundo se ha globalizado mucho. El regionalismo que nosotros teníamos tiende a desaparecer. Lo que no debería cambiar es la mentalidad paisa: camelladora, organizadora, administradora que tenemos y con el que hemos empujado mucho el deporte en el país. Me parece que hay equipos como Nacional que requieren de esa mentalidad para que no pasen cosas como que los juveniles sean quienes terminen arrastrando al equipo, como le pasó contra América en Cali”.
“En el universo solo hay una constante y es que todo cambia. El fútbol también cambia. Los estilos deben cambiar. Por eso, es complicado definir qué es el ADN de un equipo porque el balompié es solo uno: los que juegan bien y los que juegan mal. Algunas veces hay equipos que juegan bonito. Aquí en Colombia, no solo Nacional, sino otros parecen no tener claro para dónde van. En Suramérica hay una gran confusión con el estilo de juego”.
“Yo tengo nueve cirugías (risas). Ya estoy cucho para esto. Ya no me interesa pararme en la raya, con esa presión que hay. Me han ofrecido, pero ahora ese es un puesto frágil y acá los torneos cortos lo han hecho más frágil, es una cosa muy brava”.
“En el universo solo hay una constante y es que todo cambia. El fútbol también cambia. Los estilos deben cambiar. Por eso, es complicado definir qué es el ADN de un equipo porque el balompié es solo uno: los que juegan bien y los que juegan mal. Algunas veces hay equipos que juegan bonito. Aquí en Colombia, no solo Nacional, sino otros parecen no tener claro para dónde van. En Suramérica hay una gran confusión con el estilo de juego”.
“Yo tengo nueve cirugías (risas). Ya estoy cucho para esto. Ya no me interesa pararme en la raya, con esa presión que hay. Me han ofrecido, pero ahora ese es un puesto frágil y acá los torneos cortos lo han hecho más frágil, es una cosa muy brava”.
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