El jugador publicó en sus redes sociales una fotografía que encendió los ánimos.
La noche bogotana fue testigo de un partido de dientes apretados pero de pocas luces. Millonarios y Deportivo Pereira empataron sin goles en el duelo aplazado de la fecha 15 de la Liga Betplay-1, en un compromiso que dejó más roces que emociones, y en el que el juego fuerte se impuso sobre la generación de oportunidades claras.
El estadio El Campín fue el escenario de un enfrentamiento que, más allá del marcador, dejó varias postales para el análisis. El ritmo fue trabado, con pocas llegadas de verdadero peligro y con constantes interrupciones que no permitieron fluidez. En ese contexto, el mediocampista Juan David Ríos fue, como acostumbra, uno de los protagonistas.
Ríos, conocido por su vehemencia en el campo, volvió a generar controversia en Bogotá. Su historial frente a Millonarios ya arrastraba cierta tensión, como ocurrió cuando tuvo un fuerte cruce con Radamel Falcao en un partido anterior. Esta vez, desde la previa del compromiso, el volante del Pereira ya había calentado el ambiente.
En sus redes sociales, Ríos publicó una fotografía desde el camerino de El Campín, en la que exhibía sus canilleras. En una se apreciaba la imagen de su familia; en la otra, una foto suya levantando el trofeo de campeón que ganó con Deportes Tolima ante Millonarios, en ese mismo escenario, en la final del primer semestre de 2021. Un gesto que fue recibido como una provocación por parte de algunos hinchas albiazules, mientras que seguidores del Pereira y del Tolima no tardaron en aplaudirlo y en revivir aquel glorioso momento que aún celebran.
Pero no todo quedó en lo simbólico. Ya en el desarrollo del juego, Ríos fue el centro de una jugada polémica: en un balón dividido, terminó pisando accidentalmente la cara de Nicolás Arévalo, joven promesa del cuadro embajador. El hecho despertó la furia del banco local y de la tribuna, que exigieron la expulsión inmediata del volante rojiamarillo. Sin embargo, el juez central se limitó a sancionar la infracción como falta, dejando a más de uno inconforme. Arévalo, por su parte, tuvo que ser atendido y recibió tres puntos de sutura por la herida en su rostro.
Aunque ambos equipos intentaron sin éxito romper el cero, el marcador permaneció inalterable, y el empate sabe a poco para dos escuadras que buscaban acercarse al grupo de los ocho. Para Millonarios, el sabor es aún más amargo, no solo por ceder puntos en casa, sino también por la intensidad emocional que tuvo el duelo con uno de los rivales y jugadores más incómodos de enfrentar.
Con este resultado, la Liga sigue su curso y ambos conjuntos deberán pasar la página rápidamente si quieren mantenerse en la pelea. El Campín, por su parte, fue testigo de un partido que no brilló por el fútbol, pero que dejó huella por las emociones intensas que el deporte, incluso en noches sin goles, siempre consigue despertar.
