Las estrictas políticas del presidente Donald Trump se convirtieron en una sombra que ya está cayendo encima del deporte universitario de los Estados Unidos, por lo que una nueva decisión culminó en una fuerte polémica.
La Universidad de Pensilvania (UPenn) anunció el veto definitivo a las atletas transgénero en todas las competiciones femeninas. Esta determinación no solo redefine la participación en sus equipos, sino que también implicó la retirada de los récords y títulos de la mediática nadadora, Lia Thomas, de 26 años.
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Thomas fue la primera atleta abiertamente transgénero en ganar un campeonato nacional de la División I de la NCAA, tras ganar la prueba femenina de 500 yardas estilo libre en 2022. Antes de que se le prohibiera competir en pruebas femeninas de World Aquatics.
La medida llegó como una resolución a una investigación iniciada bajo la administración de Trump, y tras una innegable presión del Departamento de Educación, que incluyó una amenaza de congelamiento de fondos millonarios.
Y es que la batalla por la inclusión versus la equidad biológica alcanzó ahora un nuevo y polémico capítulo, al cual tanto las instituciones educativas como los mismos deportistas, esperaban que llegara luego de que Trump quedara al mando del país norteamericano.
Una presión gubernamental y el título IX en el centro del debate
La polémica estalló el pasado mes de abril, cuando el Departamento de Educación acusó a la universidad de violar los derechos civiles.
La imputación fue clara: por permitir que “un hombre compitiera en programas atléticos femeninos y ocupara instalaciones íntimas solo para mujeres”. Como parte de la presión, el gobierno de Trump congeló 175 millones de dólares en subvenciones a la UPenn, bajo la lupa del Título IX.
Esta ley federal de derechos civiles, promulgada en 1972, prohíbe la discriminación por razón de sexo en cualquier programa educativo que reciba fondos federales.
La UPenn ha cedido, declarando que, bajo “la actual interpretación del Título IX y las políticas actuales de la Liga Universitaria de Estados Unidos (NCAA)”, se adherirán a la definición de sexo establecida en las órdenes ejecutivas firmadas por Trump: únicamente “masculino o femenino”.
Esto implica que la universidad “restaurará para las atletas mujeres” todos los títulos que “fueron incorrectamente apropiados por atletas hombres a los que se permitió competir en categorías femeninas”, y que, además, se prohibirá la participación de atletas transgénero en competiciones y el uso de vestuarios femeninos.
Disculpa y récords reasignados
La misma institución publicó una disculpa dirigida a quienes “experimentaron una desventaja competitiva por las políticas, en efecto en ese momento”, expresó el presidente de UPenn, J. Larry Jameson este jueves.
Esta declaración hizo referencia directa a la temporada de natación 2021-2022, en la que Lia Thomas, de 1.85 metros de altura, estableció récords. Durante ese periodo, 16 integrantes del equipo solicitaron su exclusión de las competencias, argumentando que poseía ventajas biológicas.
Según se informó en la página web de la universidad, ya se refleja esta modificación en el historial de las mejores marcas. Una nota que ahora acompaña los récords de Thomas, indicando que han sido reasignados.
“Compitiendo bajo criterios de aptitud, en efecto, entonces, Lia Thomas marcó récords de ‘freestyle’ 100, 200 y 500 durante la temporada 2021-2022. Debemos cumplir con los requisitos federales, incluyendo las órdenes ejecutivas”, concluyeron en la web.