El asesinato del expolicía John Jairo Mazo Pulgarín, de 44 años, cerca de la Universidad de Antioquia al mediodía de este martes alertó de inmediato a la Fiscalía General de la Nación debido a que este exuniformado sería uno de sus testigos estrella en uno de los casos denunciados de corrupción registrados dentro de la Policía Metropolitana.
El ataque contra este exuniformado, integrante de la Sijín hasta hace unos 19 años, ocurrió en la carrera 55 con la calle 62, en el barrio El Chagualo, centro de Medellín, cuando sujetos en moto le dispararon en seis oportunidades, provocándole la muerte dentro de su camioneta.
El tiroteo provocó que dos de las balas impactaran contra personas que se encontraban alrededor, provocando la muerte de una escobita, identificada como Flor María Mosquera Gamboa, de 46 años, y dejando herido a un mecánico, de 50 años, en una de sus piernas.
Las autoridades investigan si este asesinato tendría que ver con su participación como testigo estrella de la Fiscalía en un caso de supuesta corrupción por parte de cinco agentes del Grupo contra Atracos de la Sijín de la Policía Metropolitana, en hechos ocurridos el 11 de julio de 2024 en la vereda Encenillos, de Girardota.
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De acuerdo con los informes judiciales, los uniformados se presentaron con una orden de allanamiento falsa a la propiedad y en esta propiedad encontraron a un adulto con su sobrina, de 15 años. En este procedimiento se llevaron una camándula avaluada en 40 millones de pesos y una subametralladora calibre nueve milímetros.
En medio de las investigaciones, además, se informó que los uniformados le habrían cobrado una extorsión de 20 millones de pesos para no llamar a la Policía de Infancia y Adolescencia y que estos se llevaran a la sobrina, a la cual señalaron de portar el arma de fuego. Ante las presiones, este adulto mayor entregó el dinero.
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Pero los chantajes no habrían terminado ahí y posteriormente le pidieron otros 150 millones de pesos para no judicializarlo por el delito de porte ilegal de armas de fuego de uso privativo de las Fuerzas Militares, por lo cual la víctima tomó la decisión de denunciarlos. En medio de todo este proceso, Mazo Pulgarín habría entregado información que llevó a la captura de los uniformados.
Por estos hechos fueron procesados a comienzos de marzo de este año el intendente Juan Francisco Mancilla Barbosa, los subintendentes Carlos Andrés Jiménez Noguera y Cristian David Valencia Valencia y los patrulleros Thyana Karina Rodríguez Melo y Jeisson Fernando Rolón Sepúlveda. Todos fueron imputados por los delitos de falsedad ideológica en documento público, fraude procesal, peculado por apropiación y concusión.
Ninguno de ellos se allanó a los cargos, pero el juez de control de garantías los mandó a prisión mientras avanza este caso. Además, se avanza en las investigaciones para establecer si en este caso participaron más policías.
La víctima de este ataque tenía varios antecedentes por la incautación de un arma de fuego en el 2007, porque lo encontraron manejando una moto robada en el 2009 y porque estaba movilizándose en un carro hurtado en 2015. También le aparecen investigaciones por delitos de acto sexual con menor de 14 años y violencia intrafamiliar en 2020 y tráfico de estupefacientes en 2018.
Así mismo, se avanza en las indagaciones para establecer si Mazo Pulgarín habría tenido conocimiento de más casos de corrupción policial y posteriormente los habría denunciado.
