La comodidad del calzado tipo zueco, popularizado a nivel mundial por la marca estadounidense Crocs, derivó en un duro pulso legal en Colombia por casi 10 años con la colombiana Evacol, pero finalmente parece haber luz al final del túnel.
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La historia se remonta a 2016, cuando Crocs, tras obtener el registro de su marca tridimensional en Colombia, emprendió acciones legales contra Evacol.
Su acusación se basó en que los diseños de calzado de la firma colombiana imitaban la forma distintiva de los zuecos de Crocs, lo que, según la multinacional, vulneraba sus derechos de propiedad industrial.
Crocs, con su distintiva silueta perforada y tira trasera, buscaba la protección de su diseño como un activo que los consumidores asocian directamente con su marca.
Así, la empresa estadounidense pretendía que Evacol cesara la producción y comercialización de esos modelos y retirara los que ya había en el mercado. Así, en instancias previas, la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) falló a favor de Crocs en el 2019, e incluso ordenó una compensación económica a su favor, por $74 millones.
Durante los años de disputa, la vallecaucana Evacol sustentó que sus zuecos son comunes en el mercado del calzado, con estilos generales y funcionales. Adicionalmente, recordó que ambas firmas habían coexistido previo al registro de la marca tridimensional por parte de Crocs. Como es de recordar, Evacol opera en el mercado desde 2006.
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Evacol también argumentó su defensa en la diferencia de los logotipos, los diseños de las suelas, las correas y las estrategias de precios.
Evacol le ganó el pulso legal a Crocs en Colombia
El caso siguió vigente durante los años siguientes, pero en abril pasado el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá falló en segunda instancia que las dos marcas pueden coexistir en el mercado sin problema.
La autoridad judicial determinó que Evacol no compitió de manera desleal y sostuvo que los productos se pueden diferenciar en el mercado a pesar de la similitud, porque los compradores pueden identificar las dos marcas, los puntos de venta, además de la diferencia en precios.
Quiere decir que, para el Tribunal, no existe riesgo de que los compradores confundan los zapatos de goma, y que ambos pueden competir bajo la figura de “coexistencia pacífica”, lo que salvó a Evacol de incurrir en alguna infracción.
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En ese sentido, Crocs debe cumplir con una indemnización para reparar a Evacol por 2,6 millones de pesos (dos salarios mínimos mensuales legales vigentes). Esto porque la empresa tuvo que frenar su producción e incluso destruir 54.000 pares de dichos zuecos en 2019.
Además, en febrero, el magistrado Vladimir Fernández había propuesto que la Corte Constitucional estudiara la tutela radicada por Crocs, con el objetivo de definir si la protección de su marca tridimensional debía prevalecer sobre las decisiones de instancias anteriores.
Al final, la Corte Constitucional decidió no seleccionar el caso para revisión, ejerciendo su facultad discrecional, con lo que puso punto final a una de las disputas más largas en términos de propiedad industrial en Colombia.
Evacol dice que perdió millonada en el caso
Eduardo Cabrera, abogado de Evacol, explicó que la empresa actuó en calidad de demandada. Fue una defensa de un proceso de infracción y por esa razón no se pudo pretender una indemnización económica. La suma obtenida ($2,6 millones) es por concepto de liquidación de las agencias en derecho.
“Lo realmente importante es que Evacol pudo redimir su nombre ante los consumidores y ante el público, porque fue tildada de plagiadora e infractora”, dijo Cabrera en su momento.