El precandidato presidencial Juan Carlos Pinzón advierte que Colombia atraviesa uno de los momentos más críticos de su historia reciente. En entrevista con EL COLOMBIANO, analiza lo que considera un deterioro profundo de la seguridad, la economía, la salud, las relaciones internacionales y la confianza en las instituciones. Habla de su disposición a participar en una gran coalición de fuerzas del centro y la derecha que, según anticipa, buscará llegar unida a la contienda presidencial de 2026.
¿Usted vivía en Washington y un día decidió que quería ser Presidente de Colombia?
“Todos los días yo miraba las noticias de Colombia, cada vez que venía al país, sentía como el país se había ido deteriorando. Y estaba descorazonado, me estaba muriendo por dentro, como le dije un día a mi señora: tengo que volver a Colombia, nadie tiene más experiencia en seguridad que la que me tocó tener a mí y el país la necesita otra vez. ¿Quién va a arreglar la relación con Estados Unidos si no es quien precisamente tiene la relación más cercana?”.
¿Se aburrió de su vida en Washington, pese a ser profesor en Princeton?
Su padre era militar, ¿no?
“Sí, mi papá fue coronel del glorioso Ejército. Vengo de una familia de 150 años de tradición militar, desde la de mi madre, una familia más bien campesina, de Santander, gente trabajadora, mi abuelita está viva. Una abuelita de 97 años que va a cumplir y, bueno, una persona normal, pero muy afortunada. Yo he podido estudiar en el exterior, he tenido cargos en distintos lugares del mundo, he tenido la posibilidad de ser viceministro, secretario general de la Presidencia, ministro, dos veces embajador, más de 100 días ministro delegatario en funciones presidenciales. Soy un hombre de Estado”.
¿Dónde se ubica políticamente hoy, después de haber trabajado con Uribe y con Santos?
“Yo trabajé muchos año con el doctor Santos, pero también fui nombrado en cargos importantes del gobierno del presidente Uribe. De hecho, con Paola Holguín somos las únicas dos personas que trabajamos en el gobierno de la Seguridad Democrática. Ella era asesora en Palacio”.
Entre la seguridad de Uribe y la paz de Santos, ¿a qué le apuesta hoy, en el contexto actual del país?
“Colombia necesita fuerza para que haya orden y seguridad. No hay país en la historia del mundo que haya avanzado en anarquía, violencia y comunismo. Eso no existe. Los países que han avanzado necesitan orden y seguridad para que haya libertad”.
¿Pero usted cree que el proceso de paz fue un error, o estuvo bien?
¿Qué propone usted que lo diferencie de los demás candidatos?
“Experiencia, conocimiento real, ejecución probada, mano de hierro comprobada. Pero al mismo tiempo también soluciones prácticas con la capacidad de ejecutar. El orden y la seguridad, todo el mundo lo habla. De todos los candidatos, el único que ha derrotado organizaciones criminales es quien le habla. En materia económica, todo el mundo habla de asuntos fiscales.
El 4 de noviembre, se conmemoró el momento en que se abatió hace 14 años al jefe máximo de las FARC. ¿Quién estaba en el centro de operaciones dirigiendo esa operación? pues quien les habla. Como ministro de Defensa. Las Fuerzas Armadas llegaron a tener el máximo pie de fuerza, el mayor número de helicópteros, aviones, lanchas, buques, sistemas de drones, capacidad de inteligencia. Fuimos llevados ante la OTAN como socios globales. Éramos el país más avanzado en seguridad de América Latina. Claro que eso fue un proceso. Eso no lo hice yo solo. Yo solamente fui ministro 4 años”.
¿Y cómo lograr esos consensos en un país tan polarizado como Colombia?
“Yo vengo de Princeton, de enseñar economía política y de estudiar siete casos de países que pasaron de ser países pobres, incluso más pobres que Colombia, varios de ellos; el caso de Corea del Sur o de Singapur hace 60 años, a ser hoy países 11 veces, 12 veces más ricos que Colombia en términos per cápita. ¿Por qué lo hicieron? Orden y seguridad. ¿Por qué lo hicieron? Visión de largo plazo, planes de infraestructura y capacidad en ese sentido. Pero un tema clave, consensos. Hay consensos sobre la seguridad para el progreso, consensos para convertir”.
¿Y cómo aplicaría esas fórmulas de desarrollo en un país con tanta violencia y desigualdad como Colombia?
“A Colombia hay que convertirlo en el país más atractivo para la inversión, no solo en América Latina, sino en el mundo. Para eso, sin duda, el componente de seguridad es clave. El componente de hacer políticas sociales que generen equidad, no igualdad. La igualdad es imposible. No hay ni gemelos iguales. Hay que generar equidad y eso es trabajando en el tema de la educación, de la salud, que tenemos tantos problemas. Yo manejo un régimen de salud, lo sé hacer y podemos ordenar otra vez el tema de las citas médicas”.
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¿Alguna apuesta de su plan económico para reducir la pobreza extrema y generar empleo en Colombia?
“La generación de inversión, y en eso quiero decirle lo siguiente. Yo estoy planteando crear un estatuto de inversión, que reduzca el impuesto de renta por cinco años de 33 a 10% para proyectos de inversión que generen empleo en zonas económicas especiales, que vamos a declarar varias, que esencialmente trabajan los siguientes temas: agroindustria, turismo, tecnología, minería, hidrocarburos y el tema de la vivienda. Tenemos que hacer un millón cien mil viviendas en Colombia para sacar de la pobreza extrema a seis millones de colombianos.
Hay seis millones de colombianos hoy que esencialmente sólo tienen una comida al día, no tienen energía eléctrica, no tienen un baño, viven en cruce de tierra y hay 17 millones de personas en total en pobreza. Tenemos que ir a llevar a cero la pobreza extrema a Colombia y se puede con estas decisiones. Pero volvemos a lo mismo, la seguridad no es un fin, es un medio para el progreso y esa seguridad contribuye a la inversión y a la política social efectiva”.
¿No le preocupa que hoy los votantes prefieran a los candidatos “antisistema” o más disruptivos, en lugar de los políticos tradicionales como usted?
“Lo primero es que creo que voy a ser el Presidente. Colombia necesita esta vez un presidente serio, que sepa gobernar, que tenga experiencia, que no venga a improvisar y que tenga una visión clara de cómo sacar adelante el país. Y los colombianos en la calle ya lo están sintiendo. Que la gente salga en TikTok y en redes, eso está muy bien. Que la gente se haga notar, bueno, es parte de la vida. Yo creo que hay que ser democráticos, eso hay que respetarlo, entenderlo. Yo no voy a confrontarme con esas discusiones”.
¿Pero usted sí va a salir en Tik-Tok?
“Yo sí, claro, es que tengo que contarles a los colombianos dónde estoy. Hoy están las redes sociales y lo voy a hacer con mucho gusto, con mucho interés. Los colombianos en la calle saben que nuestra democracia está en estado terminal. Estamos a punto de perder la democracia. Si fuera un año normal o un periodo normal, yo no sé si yo habría regresado a servirle al país de esta manera”.
¿Si no estuviera Petro en el poder, usted no habría regresado?
“Más que Petro, porque yo no quiero que el país siga hablando de ese señor, tenemos que superar eso, voltear la página y poner la agenda del progreso y de una Colombia que puede ser una potencia mundial y un país que se entusiasme, se anime, se inspire. Yo vengo a eso, a inspirar a Colombia. Pero al mismo tiempo le digo que más allá de la persona, el país está en la peor condición en muchos años en seguridad, en salud, en relaciones internacionales, en pensiones, en infraestructura. ¿A qué horas nos volvieron pedazos Colombia? y no la vamos a recuperar simplemente a punta de mensajes, sino que se requiere de verdad, como cuando alguien tiene un problema de corazón, ¿usted quién quiere que lo opere? ¿Un cardiólogo que dice que sabe de cardiología pero que nunca ha hecho una cirugía o alguien que ha hecho 100, 120 cirugías? Aquí hay uno de esos. Yo sé resolver los problemas de Colombia porque los conozco, vengo a enfrentar eso”.
Y en ese futuro, ¿cómo ve lo de la paz total? ¿En qué termina la paz total?
“Colombia nunca más, y escúchenme con toda claridad, nunca más puede volver a poner a los victimarios por encima de las víctimas. Nunca más en este país quienes cometieron los delitos más atroces pueden quedar mejor que quienes fueron sus víctimas o los ciudadanos que trabajan. El país está curado de eso. Es que llevamos seis procesos de paz fallidos porque aquí no hay paz y lo único que hay es incentivos para que esa criminalidad se fortalezca. Lo de Petro ya fue al extremo, porque es que Petro lo que montó fue una alianza con grupos criminales, donde les ha facilitado a todos desde las FARC, el ELN, todo tipo de estructuras criminales de todo orden, la expectativa de que pueden con anarquía gobernar el país”.
¿Usted se unió a Ingrid Betancourt o Ingrid Betancourt se unió a usted?
“Ingrid amablemente en su partido Oxígeno, como se llama, nos extendió el aval. Por eso yo soy hoy el único que va hasta marzo”.
Usted es candidato verde...
“No, oxígeno, no se llama verde. Yo de verde, nada”.
¿Cómo fue su visita con Ingrid al Meta?
“Ella nunca había vuelto desde que fue secuestrada en esa zona. Desde que llegó ella muy, muy especial, se me acercaba y a veces me abrazaba y me decía: ‘yo me siento segura porque vengo contigo, porque tú me das la seguridad’. Y me dijo en algún momento ‘yo siento que tú les vas a dar esa seguridad y esa tranquilidad a los colombianos, porque es lo que representas’. Estando allá sentí el control socialque tienen los grupos criminales en Colombia sobre la población, es aterrador”.
Como en la época en que usted fue viceministro...
“Es peor por la tal paz total. Cuando fui viceministro, la guerrilla aparecía de civil, pero confidencial y a escondidas, y salía corriendo apenas se detectaba, se les podía capturar. Hoy viven de frente a las fuerzas armadas, frente al mismo Ejército, frente a la misma Policía, caminan de civil, aterrorizan a la población sin siquiera mostrar un arma porque nadie les puede hacer nada. Esa es la realidad de la tal paz total. La criminalidad hoy se pavonea en Colombia porque no siente ningún temor. En Colombia debe volver a tener miedo el criminal, no la ciudadanía. Hoy la ciudadanía está con miedo, aterrorizada. Y eso es lo que no puede ser una sociedad”.
¿Cómo avanzan su estrategia política y los diálogos para la consulta, teniendo ya el aval de un partido y con tantos precandidatos en el panorama?
“Yo tengo la disposición a la unión y a sumar fuerzas en una coalición muy grande que se gesta en el mes de marzo y que de alguna manera saque un candidato muy fuerte para que ganemos en primera vuelta. Yo espero ser Presidente el 7 de agosto. Necesitamos un mandato claro, definido, que permita hacer todos los ajustes en todos los frentes, en materia económica, en materia social, en materia de vivienda, en materia de salud, minería, etc”.
¿Y cómo va a lograr eso? Es decir, ¿qué va a pasar con todos los otros candidatos?
“Porque en marzo vamos a esa gran consulta, deberíamos ir a esa gran consulta”.
¿Es posible que se unan quiénes? ¿Cuántos?
“Yo no me metí a esto para hacer componendas de políticos. Yo, a propósito, nunca he sido partícipe de la política electoral. Participé en el año 2018 por firmas, lo hice muy solo y luego hice un acuerdo con Germán Vargas, que fue la cabeza, y yo fui a la vicepresidencia. De resto yo nunca he participado de elecciones. Yo estoy aquí es para decirle al país ‘quiero unirme’, estoy dispuesto a ir a una gran consulta. Estoy listo a ir a una consulta, pero yo no quiero esta cosa de que ahora el tema no son los problemas de Colombia y tampoco los colombianos, sino un poco de componendas y demás. No, espero que todo aquel que quiera defender la democracia, la libertad, que defienda las instituciones, que apoya a las Fuerzas Militares, nos sumemos”.
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¿Cree que el centro y la derecha lograrán unirse en una sola coalición o llegarán separados a la consulta de marzo?
“Recomiendo una gran consulta que sume a todo el mundo”. Algunos lo ven como el candidato de los empresarios. ¿Le preocupa que le falte conexión con la gente?“Ese es un cuento. Pueblo es lo que me ha sobrado a mí toda la vida. Yo vengo del pueblo, yo soy puro pueblo y estoy donde nadie más ha ido. Yo vengo de una familia campesina del lado de mi mamá y del lado de mi papá, de una familia de militares”.
Usted que vivió en EE. UU., ¿cómo ve hoy la relación entre Colombia y ese país y qué propone para mejorarla?
“Hoy tenemos la peor relación en la historia entre Colombia y Estados Unidos desde la época del Canal de Panamá. Y honestamente, es un daño autoinfligido y calculado por el gobierno actual. Petro, por razones ideológicas, decidió coger a patadas la relación y ver cómo la destruye. Lo que puedo decirle con certeza es que a partir del 7 de agosto vamos a tener una de las mejores relaciones de la historia entre Colombia y Estados Unidos. En materia de seguridad, en materia de minerales críticos, en materia de tecnología, en materia de educación y en materia de básicamente relocalización de empresas en Colombia”.
¿Cómo ve a Abelardo de la Espriella como contendor? ¿Compiten por los mismos votos?
“Me alegra que haya personas que quieran servirle al país. Ese es un abogado que vivía en el exterior muchos años, y de pronto aparece aquí y quiere ayudar. Hombre, qué bueno. Y me alegra que quiera además ayudar y aprender. Yo, desde mi óptica, le abro la puerta y le doy la bienvenida a los que quieran servirle al país, a los que quieran contribuir para que el país avance. Ese es mi sentimiento”.
¿Usted tendría alguna reserva ética con Abelardo de la Espriella?
“Yo no conozco nada, lo he visto a él como tres veces en mi vida, no tengo nada qué decir”.