Buscar trabajo no es solo enviar hojas de vida “a diestra y siniestra”. También exige estrategia, autocontrol y criterio. Y es que por lo precarias que están las oportunidades laborales en estos momentos, muchos candidatos cometen errores que les restan puntos antes incluso de ser considerados, pues aplican a vacantes que no se ajustan a su perfil, envían mensajes confusos o mal planteados por LinkedIn, y reaccionan con frustración cuando reciben un “no” como respuesta.
“El mercado es brutal y no queda de otra más que ser un profesional a la altura”, aseguró María José Navarro, fundadora de la firma de reclutamiento TopHuntingMX, con más de diez años de experiencia como headhunter en América Latina. Aunque su visión parte de lo que observa diariamente al publicar vacantes, sus advertencias coinciden con las de otros expertos en selección: la actitud y la forma en que se busca empleo dicen tanto como la hoja de vida.
En una coyuntura marcada por altos niveles de competencia, automatización de procesos de selección y un creciente número de profesionales cualificados en búsqueda de oportunidades, cada paso cuenta. Desde cómo se aplica a una vacante hasta el tipo de interacción que se sostiene con los reclutadores, todo comunica. Y muchas veces, es allí donde los candidatos se quedan cortos sin darse cuenta. Por ende, esta profesional brindó consejos valiosos para no cometer el típico error de aplicar a todo y ser más selectivo.
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Errores más comunes al buscar trabajo
1. Aplicar por aplicar es un error
Uno de los fallos más comunes en procesos de selección es postular sin criterio. Navarro advirtió que muchas personas envían su hoja de vida sin siquiera leer la descripción completa de la vacante. “La oferta puede decir claramente: ‘Director de finanzas para el sector agrícola’, y recibes hojas de vida de personas con experiencia exclusiva en ventas, recursos humanos o hasta senderismo. Todo, menos lo que se está buscando”, explicó.
Aunque a esos candidatos se les responde agradeciendo su interés, muchos reclaman cuando se les indica que su perfil no avanza en el proceso. La especialista señaló que, en esos casos, “es tanto lo que se desvía del perfil solicitado, que no se sabe ni por dónde empezar a explicar”.
2. No toda retroalimentación es personal
La queja de que los reclutadores “no dan feedback” es frecuente. Pero en la práctica, cuando algunos sí lo hacen, no siempre encuentran buena recepción del otro lado. Según la experimentada headhunter hay quienes se lo toman como una ofensa, cuando la retroalimentación simplemente refleja los requisitos técnicos de la vacante, no una valoración personal.
“Claro que me metí a tu perfil y claro que leí tu currículo, pero si no es, no es. Y no tiene nada que ver contigo, sino con los requisitos de la vacante. Y ya está”, afirmó. Este tipo de reacciones pone en evidencia la poca tolerancia a la frustración que muchos candidatos aún no han aprendido a manejar.
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3. LinkedIn, una red profesional, no un chat informal
Otro aspecto clave es el uso adecuado de las redes profesionales. LinkedIn, en particular, se ha convertido en una herramienta de conexión entre reclutadores y talentos. Pero su efectividad depende de cómo se utilice. “Mucha gente aún no comprende su propósito: conectar con más personas que puedan ayudarte a alcanzar tus objetivos profesionales”, dijo María José.
En lugar de enviar mensajes genéricos o muy extensos, la recomendación es mantener un enfoque claro y directo. Si ve una vacante que le interesa, envíe un mensaje breve al publicador: “Dígale que le interesa la vacante, invítelo a revisar su hoja de vida o su perfil de LinkedIn. Listo”.
Por estos motivos tener una estrategia, manejar la frustración y proyectar una imagen coherente son claves para competir en un mercado donde los detalles marcan la diferencia. Postular con criterio, comunicarse con respeto y saber recibir un “no” también son parte del trabajo.
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