El Ministerio de Exteriores de Sudán denunció este lunes la presencia de mercenarios colombianos en las filas de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF o FAR), el grupo paramilitar que combate contra el Ejército de Sudán desde abril de 2023 en una guerra que ha dejado el país en una situación humanitaria crítica.
“El Gobierno de Sudán posee todos los documentos y pruebas que demuestran la participación de mercenarios de la República de Colombia y algunos países vecinos, patrocinados y financiados por las autoridades de Abu Dabi (Emiratos Árabes)”, señaló la nación africana en un comunicado.
La cartera de Exteriores sudanesa, que presentó dichas pruebas ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, resaltó que estas acciones “plantean una amenaza contra la paz y la seguridad regionales e internacionales”.
Asimismo, Jartum ha advertido de sus posibles consecuencias. “Impone una nueva realidad que atenta contra la soberanía de los Estados, viola sus santidades y transforma la guerra en una guerra terrorista transfronteriza librada por terceros”, advirtieron, agregando que dicho fenómeno ha sido documentado también “por organizaciones regionales e internacionales”.
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En noviembre de 2024, el Gobierno de la nación africana confirmó que el Ejército había dado de baja con “drones suicidas” a 22 mercenarios colombianos en medio de combates contra el RSF.
El presidente Gustavo Petro ya reconoció en noviembre de 2024 que mercenarios “engañados” combatían en Sudán debido a, entre otros factores, las malas condiciones dentro del Ejército y la vasta experiencia adquirida durante décadas de conflicto armado interno en Colombia.
“Los militares deben tener un mejor nivel de vida en Colombia”, señaló Petro entonces en su cuenta de X, instando a perseguir penalmente a aquellos que comercian con “la sangre joven derramada por dinero en pueblos extranjeros”.
El Gobierno emiratí ha sido acusado por Sudán de proporcionar respaldo a las RSF para proteger sus intereses económicos en el país y, en términos ideológicos, para eliminar a elementos islamistas todavía presentes en las filas militares, producto de los años de dictadura del expresidente Omar al Bashir, cuya caída en 2019 representó el comienzo de una espiral de violencia en el país.
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La guerra de Sudán, iniciada en abril de 2023 a causa de las discrepancias por la integración de las RSF en el Ejército sudanés –lo que hizo descarrilar definitivamente la transición abierta tras el derrocamiento de Al Bashir–, ha dejado a ese país en una situación humanitaria crítica, escenario de la mayor crisis de desplazados a nivel mundial.