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La región central de Antioquia, esa que en 2002 estaba en una isócrona a menos de una hora del punto cero en Medellín, tuvo un resurgir y una transformación importante. Fue en muchos aspectos más allá de lo planteado y esperado en el “Planea” de Antioquia Siglo XXI, o en los planes de competitividad. En esta zona se concentra hoy el 75% de la población y el 82% del PIB.
El planteamiento era bien distinto. Además de la transformación necesaria en la zona central, se proponía un nuevo modelo de gestión del territorio en el que se tuviera un desarrollo integrado y balanceado en las subregiones del departamento. La propuesta del Planea era pasar de un “modelo de ocupación concéntrico” que giraba en torno a Medellín a uno desconcentrado y articulado con las dinámicas regionales del occidente colombiano, el Pacífico y el Atlántico. Esa agenda sigue pendiente.
En un estudio de 2002 con Gabriel Awad y Yessica González sobre los factores de atractividad de la región central, se encontró que los factores de educación, empleo, servicios públicos y conectividad eran determinantes para la emigración. En ese momento no se evidenció la salud que dos décadas después es un determinante crucial. En un taller con un alcalde de la provincia de Cartama, nos dijo: “Eso pasa en mi casa, mis hijos están estudiando en Medellín y mis papás están allá por tratamientos médicos”. En su municipio, el 36% de los viajes de la población a Medellín se hicieron buscando atención en salud.
Se avanzó en frentes muy importantes. La regionalización universitaria liderada por la U de Antioquia y el Politécnico han aportado. La unificación tarifaria en energía eléctrica y la atención de EPM a todo el departamento en este y otros servicios también han sido clave. Las 4G son la transformación más importante, han tomado tiempo y esfuerzo y aún no las terminamos.
Pero el grueso del problema sigue pendiente. La realidad económica la determinan las economías de aglomeración. El ejemplo específico se tiene en salud. Para que una unidad de diálisis sea viable, se requiere atender una población de 50.000 habitantes, solo si se articulan redes integradas de atención en las regiones, consolidando las poblaciones de varios municipios, se podrán atender los servicios. Necesitamos articular nuevas centralidades con redes de salud, educación y soportes a la transformación productiva. Sin esto, se nos seguirán degradando los municipios.
