El juicio federal contra el rapero y productor Sean ‘Diddy’ Combs dio un giro dramático el martes en Nueva York, tras el desgarrador testimonio de la cantante Cassie Ventura, exnovia del artista y testigo clave para la fiscalía.
En su declaración ante el jurado, Ventura describió una relación marcada por más de una década de abusos físicos, psicológicos y sexuales que, según afirmó, la destruyeron emocionalmente.
“Él controlaba gran parte de mi vida”, expresó la artista con voz tenue, visiblemente embarazada. Según su relato, Combs manejaba desde su rutina diaria hasta su intimidad, utilizando tácticas de aislamiento, manipulación y castigo para someterla. El impacto emocional de sus palabras fue evidente en la sala del tribunal, que escuchó por primera vez detalles desconocidos sobre lo que ella calificó como un patrón sistemático de violencia.
Una de las revelaciones más perturbadoras fue la existencia de los llamados “Freak Offs”, encuentros sexuales organizados por el propio Combs que podían extenderse durante días. Cassie testificó que en esos eventos —que incluían consumo de drogas, relaciones forzadas y grabaciones— el rapero acumulaba material con fines de control y chantaje.
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“Nunca me preguntó si quería eso. Era humillante”, dijo al relatar que en una ocasión fue orinada en la boca por el artista o por mujeres contratadas, y que incluso llegó a ahogarse.
También aseguró que se le exigía mantener relaciones sexuales durante su periodo menstrual, sin importar su consentimiento o estado físico. “Se esperaba que no tuviera caprichos durante la regla. Sean lo esperaba. No creo que nadie quiera hacer eso”, agregó.
Ventura relató que Diddy ejercía un control extremo sobre su cuerpo y su entorno: le imponía rutinas estrictas de ejercicio, supervisaba su apariencia física y la castigaba retirándole el celular o la computadora. “Me quitó la confianza en mí misma”, confesó con evidente dolor.
Otro pasaje escalofriante de su declaración reveló una obsesión insólita del artista por el aceite para bebé. La cantante contó que una vez fue forzada a sumergirse completamente vestida en una piscina inflable llena de este líquido, una práctica que ella rechazaba pero no se atrevía a impedir: “Algo que Sean quería que pasara, pasaba”. La denuncia tomó más relevancia al conocerse que, durante un allanamiento en 2024, las autoridades federales hallaron alrededor de mil botellas de aceite para bebé en propiedades de Combs.
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En su testimonio, Ventura también recordó un incidente ocurrido en Los Ángeles en el que fue obligada a portar una pistola mientras acompañaba al rapero a enfrentar a su antiguo rival, Suge Knight. Bajo los efectos de hongos alucinógenos, sostuvo el arma por más de una hora sin entender la razón. “Siempre sentí que era una táctica para asustarme”, relató.
Estas declaraciones se dan en el contexto de un juicio que podría sentar un precedente importante en los casos de abuso dentro de la industria musical. Las autoridades federales buscan probar que Combs no solo incurrió en múltiples delitos, sino que utilizó su poder e influencia para mantener a Ventura en una situación de sometimiento extremo.